.Muchas veces como adultos nos es difícil hablar de la muerte
a los niños, pues suponemos que están
muy pequeños para comprender lo que sucede o que van a sufrir si saben que
alguien está muy enfermo, con posibilidades de morir o bien que ya falleció.
Sin embargo, es importante que los niños tengan un concepto
de muerte que les permita encontrarle un sentido a la vida, esto se da cuando
hablamos con los niños acerca de la muerte y de las experiencias que el menor
vaya teniendo y su interpretación de las cosas.
En los infantes menores de 5 años, la muerte no tiene no
tiene un significado, es fácil ver
cuando los niños juegan, ellos se matan y en cuestión de segundos reviven, pero
a partir de ahí, algunos empiezan a
desarrollar su idea de ella y tiene que ver lo que van
viviendo en su entorno, como el deceso de familiares, con la naturaleza (mascotas y plantas),
incluso algunos de ellos han vivido separaciones dolorosas, tales como las separaciones de amigos o
maestros, con los cambios de escuelas, de cuidad o bien la separación de los
padres.
Platicar de la muerte es un tema que involucra a la religión
que practicamos, pero también puede ser vista como algo espiritual, puede ser
vista como el camino en que cada ser humano descubre su particular y personal
forma de entrar en contacto con la “Energía Divina”. El concepto de muerte es
diferente de persona a persona, lo más importante es que los hijos aprendan a
ver la bondad y la belleza de la vida misma y que se dé cuenta que hay ciclos y
nosotros no somos la excepción. Que cada vida tiene un determinado tiempo,
distinto para cada quien y hay que ser feliz disfrutando de este maravilloso mundo.
Es importante que le encuentre un sentido a su existencia,
vivir con esperanza y no asustado por lo que le espera en el final de sus días
o que piense que lo mejor es morir para disfrutar de las maravillas que habrá
después de vida.
Si a tu hijo se le muere su mascota, es un buen momento para
platicar de ello, pero no lo ridiculices, como decirle es tan solo un animal,
pues se han generado sentimientos hacia ella. que tampoco cabe la idea de
comprarle otra, pues esta nunca la sustituirá. Dale tiempo de vivir su perdida
y él decidirá cuando tener una nueva
mascota, (no necesariamente tendrá que ser la misma especie que tuvo).
El niño tiene derecho a saber la verdad sobre la muerte, a
ponerse triste y expresar sus sentimientos, hacer un pequeño ritual de entierro
y despedida, incluso hasta de orar de acuerdo a su religión. Si tiene algún
amigo o familiar enfermo, hay que explicarle con palabras sencillas lo que está
sucediendo. Llevarlo a visitar a su amigo y permitirles que jueguen, si esto no
es posible llamarlo.
Antiguamente la mayoría de las personas morían en casa con
los cuidados de toda la familia, esto permitía que los infantes también participaran
en ello, podían convivir y jugar con las personas enfermas. Si el enfermo permanece
en casa, los niños pueden jugar, hacer pequeñas tareas de ayuda para sentirse
que son tomados en cuenta.
Actualmente, la
mayoría de los enfermos son hospitalizados, (con la idea de no generar
problemas a la familia) donde los horarios de visita se ven limitados y muchas
veces no permiten la entrada a niños en las visitas. Una forma de mantener
contacto con estos familiares puede ser que escriban cartas o hagan dibujos para que ellos
puedan expresar su cariño y sus sentimientos.
Como cualquier persona, algunos niños pueden expresar
tristeza por el sufrimiento de los otros, rabia contra su ser querido enfermo,
porque este no mejora, contra los médicos o contra Dios. Puede sentirse
abandonado. También puede negar la posibilidad de muerte, creer que no se va a
morir. Incluso, en algunos casos, sentir culpa, al suponer que fue su mala
conducta la causante de la enfermedad o muerte. Así mismo, algunos menores pueden entonces
presentar bajas notas escolares, agresividad, mucha tristeza, desordenes en el apetito
y sueño, lo mismo que puede exteriorizar un adulto.
Ante todo esto el niño tiene derecho, si así lo quiere, de
asistir al velorio, entierro o cremación de sus seres queridos, ya que estos
rituales le permitirán cerrar ciclos e iniciar procesos de duelo.