Si puedes
curar, cura, si no puedes curar, calma, y si no puedes calmar, consuela. Augusto Morri, Médico italiano.
México es un país donde se convive y se le rinde culto a los
muertos, nuestros aztecas pregonaban que nacer es empezar a morir,
Nezahualcóyotl anunciaba que la vida del hombre en la tierra es sólo un momento,
que somos viajeros momentáneos en la tierra y la seguridad de la muerte es
inminente aunque no podamos saber el momento exacto de la nuestra. Sin embargo,
a muchas personas no les gusta hablar de la muerte y cuando tenemos un familiar
que ya no tiene posibilidades de recuperar la salud muy difícilmente se habla
de ello con él, pero siempre se mantiene la esperanza de que de un momento a
otro se recupere.
A veces se oculta a nuestros enfermos que tienen una
enfermedad terminal, sin embargo, no lo podemos engañar, sabe, siente y ve a
donde se le lleva, el mismo va descubriendo que cada día va perdiendo fuerzas,
que en lugar de mejorar se siente cada día peor y cuando lo revela, se le dice:
“no pienses en eso”. No fácilmente se le plantea si ha pensado en como
despedirse, cuáles son sus deseos.
Hay que tener presente que la mayoría de las personas quisieran
una muerte “tranquila”, tal vez el sueño de muchos es morir en casa, en cama y
sin dolor, no dejar problemas a la familia y estar rodeado de nuestros seres
queridos. Algunos otros, en un hospital para no causar problemas a los
familiares, aunque se tenga que padecer estar alejados de ellos y tal vez conectados
a las maquinas hospitalarias.
Muchas de las veces los familiares sin tomar en consideración
al enfermo, lo canalizan al hospital para prolongar la vida, de algo que ya es inminente,
a veces los médicos influyen, otras veces por la presión social o el miedo al
“qué dirán”, que la demás gente piense que no se quiere al familiar y por lo
tanto actúan de esta forma, pareciera ser que se preocupan más por no quedarse
solos, que por el sentir del enfermo, ya que muchas veces el aquejado ya no
quiere vivir y los familiares no saben cómo actuar.
Sin embargo, el tener una enfermedad terminal puede ser visto
desde otro punto de vista, pues a veces
el enfermo tiene un dolor emocional que tienen que ver con los problemas
familiares, culpas, pendientes, etcétera. Donde al doliente se le brinda la
oportunidad de cerrar, concluir, despedirse y de arreglar todo lo que pueda.
Pues muchas veces cuando un enfermo está hospitalizado no le da tiempo de
comunicar que pendientes tiene, incluso no puede gastar su tiempo con sus seres
queridos ya que en los hospitales les restringen el tiempo.
Es un tema muy difícil de tratar, pero que debemos de
aprender hablar, comunicar a nuestros seres queridos nuestros últimos deseos,
incluso dejarlo por escrito si se desea que una muerte natural o no.
Ante lo cual dejo esta pregunta para reflexionar. ¿Cómo
ayudaríamos a una persona a bien morir?
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