jueves, 19 de noviembre de 2020

¿Es difícil ser hombre? ¿O ser un hombre de verdad?

 


Ser un hombre de verdad, tal vez sea una pregunta que pocos hombres se hacen, o tal vez sea una pregunta que se siguen formulando los adolescentes.  “Se un hombre”, “responde como hombre”, “Compórtate como un verdadero hombre” son frases que se pueden escuchar a diario, pero no se logra entender bien su significado. A este respecto, Elizabeth Badinter menciona “Implica que no se es algo que se dé por sentado y que la virilidad puede no ser tan natural como pretende”. Se dice que, para el hombre, la búsqueda de su identidad es más compleja que para las mujeres, pues para él se requiere aceptar y asumir un papel cultural que tradicionalmente se le exige ser.

El problema es que no basta con nacer hombre, aunque ya nacer, como tal, es recibir una crianza basada en un privilegio, pero a diario un hombre tendrá que demostrar a la sociedad que realmente lo es. - (Freud hablaba que las mujeres tenían el complejo de la envidia del pene, y según algunos de sus seguidores, él se refería a que ellas lo que verdad envidiaban es la serie de privilegios que él tiene solo por ser varón). -, pero también existe en el imaginario social el miedo a ser catalogado como homosexual o afeminado como si eso fuera lo peor.  

A veces las mujeres dicen que prefieren a los hombres verdaderos, el clásico pareces nena si no lo haces como un “verdadero hombre”, “quiero encontrar en mi vida un verdadero hombre”, “un hombre en amplio sentido de la palabra”, algo difícil de entender, pues cabria preguntarse a que se refieren por “verdadero”.

En nuestra sociedad mexicana, el modelo tradicional masculino es el que define cómo deben sentir, pensar, dicta las normas de lo que les está permitido o prohibido hacer. Aunque dichas normas no son muy claras a lo que respecta ser hombre. Sin embargo, la masculinidad es un conjunto de características, valores y comportamientos que una sociedad impone como el "deber ser". Entre algunos de los atributos que se deben poseer para considerarse como un “verdadero hombre” están: ser poderoso, fuerte, rudo, ocultar su miedo y su dolor, se fomenta la competencia entre ellos, en todos los ámbitos, incluido el sexual, como poseer más mujeres, dominante, triunfador, seguro de sí mismo, decidido, agresivo, fuerte, arriesgado, poco emotivo.

La práctica de lo masculino suele identificarse con experiencias extremas, como el ganar batallas, seducir a mujeres o ejercer el mando, demostrar que eres mas capaz que otros congéneres, ¡la pura adrenalina! Todo eso significara que serán más hombres.

Debe ser el proveedor de la familia, (una gran responsabilidad para él), el que sabe hacer casi de todo, ser mecánico, plomero, electricista, etc., saber resolver cualquier tipo de problema que se presente, estar siempre dispuesto a las relaciones sexuales; Además, como lo masculino debe ser lo contrario de lo que se considera femenino, el hombre tiene prohibido manifestar emociones como la ternura y la delicadeza, o sentimientos de debilidad como el llanto, el miedo y la inseguridad. Habrá que tener mucho cuidado de no caer para perder la hombría,

Se impone una manera rígida de comportarse, basada en aspectos de poder y de violencia, características que el debe mostrar y reafirmar constantemente, es decir, siempre debe estar demostrando que es un hombre.

Aunque en nuestra sociedad se espera que un hombre llegue a pensar, sentir y actuar conforme a un modelo de lo masculino, es difícil que algún hombre llegue a cumplir con todas estas exigencias. (lo mismo ocurre con las mujeres, donde tienen que demostrar día a día que son femeninas y cualquier comportamiento fuera de este pueden ser catalogadas como marimachas).

 Sin embargo, bajo estas premisas, los machistas no toleran ser contrariados y en muchas ocasiones se niegan a escuchar opiniones distintas, esto suele manifestarse como necedad; “no me importa lo que piense la gente”, como una forma autoritaria; “yo soy el que manda aquí”, incluso llegan a considerar poco varonil el tener que pedir perdón. Cómo los conceptos de cómo ser hombre no son claros y específicos, se generan tantas ideas falsas en torno de cómo comportarse y no parecer mujer, que pueden entrar ideas que se nos pueden parecer inverosímiles, por ejemplo, para algunos el baile esta considerado como un afeminamiento, tal vez la razón porque muchos de ellos no bailan en las fiestas. Algunos no desean ir al médico, pues rompe con su concepto de macho, de soportar dolores y de verse avergonzados. Otros no quieren usar alguna crema en su piel pues es una actividad femenina, (el tener las manos cuidadas), y así se podrá hacer una gran lista. Esto comprueba que no todos asumen el rol masculino en forma hegemónica, pero se dan en una amplitud en el imaginario social.

Grayson Perry, ha escrito un manifiesto para hombres, (la caída del hombre, en el año 2018) donde analiza con humor fenómenos tan masculinos como la violencia, el exhibicionismo físico y la competitividad.  Menciona que todo hombre simplemente por nacer con pene recibirá una educación diferente y siempre será a partir de un privilegio, más aún cuando este es blanco y heterosexual. Su mirada del mundo será a partir de ese privilegio.

Una de sus propuestas es renunciar a la voluntad de poder y asumir las emociones como parte esencial de nuestra felicidad. "

¿Qué pasaría si redefiniésemos la vieja, machista y anticuada versión de la masculinidad para abrazar una nueva manera de «ser hombre»? hasta ahora han sido las mujeres que han encabezado el debate sobre el genero, al fin y al cabo, han sido ellas las que se han visto mas oprimidas por sus restricciones. Sin embargo, también el hombre ha sido victima de alguna forma, aun y cuando este ha estado privilegiado, situación por la cual también recibe beneficios y no quiera arreglar algo que supone que está bien. Retomando a Grayson, la masculinidad podría ser una camisa de fuerza que esta impidiendo ser ellos mismos y en su afán de dominio se están descuidando aspectos esenciales de su propia humanidad. En esa lucha por querer ser masculinos, podrían estar impidiendo que su Yo sea mas feliz. Sin embargo, cada hombre tiene la capacidad de decidir si está de acuerdo con los patrones de conducta impuestos, o bien, prefiere vivir su masculinidad de manera diferente; de tal manera que no exista una, sino muchas masculinidades.

 

Afortunadamente existen hombres que fueron educados fuera del machismo tradicional y otros que desde pequeños se han estado cuestionando acerca del “deber ser un hombre”, y han optado por un cambio, situación que no es fácil, ya que tanto hombres como mujeres no lo ven con “buenos ojos”, así que muchos de ellos tendrán que afrontar en sus culturas todo tipo de burlas, hostilidad y cuestionamientos acerca de su hombría, Saben que al actuar con valentía, cuestionar las normas, alzar la voz y hacer públicas sus creencias y emociones se arriesgan a ser marginados y atacados  por ser considerados raros.

Es de vital importancia que sepan que existen grupos de hombres que están apoyando a otros y en búsqueda de nuevas masculinidades, donde se reconoce que no es suficiente con ser buenos o sensibles con las mujeres, que no es suficiente con combatir el sexismo y la violencia masculina, sino que su lucha debe encaminarse en acciones positivas, concretas y asumir con determinación y compromiso para erradicar las pautas de opresión y junto con ello también contra el racismo y homofobia.

 

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