Ser un hombre de verdad, tal vez sea una pregunta que pocos
hombres se hacen, o tal vez sea una pregunta que se siguen formulando los
adolescentes. “Se un hombre”, “responde
como hombre”, “Compórtate como un verdadero hombre” son frases que se pueden
escuchar a diario, pero no se logra entender bien su significado. A este
respecto, Elizabeth Badinter menciona “Implica que no se es algo que se dé por
sentado y que la virilidad puede no ser tan natural como pretende”. Se dice que,
para el hombre, la búsqueda de su identidad es más compleja que para las
mujeres, pues para él se requiere aceptar y asumir un papel cultural que
tradicionalmente se le exige ser.
El problema es que no basta con nacer hombre, aunque ya nacer,
como tal, es recibir una crianza basada en un privilegio, pero a diario un
hombre tendrá que demostrar a la sociedad que realmente lo es. - (Freud hablaba
que las mujeres tenían el complejo de la envidia del pene, y según algunos de
sus seguidores, él se refería a que ellas lo que verdad envidiaban es la serie
de privilegios que él tiene solo por ser varón). -, pero también existe en el
imaginario social el miedo a ser catalogado como homosexual o afeminado como si
eso fuera lo peor.
A veces las mujeres dicen que prefieren a los hombres verdaderos,
el clásico pareces nena si no lo haces como un “verdadero hombre”, “quiero
encontrar en mi vida un verdadero hombre”, “un hombre en amplio sentido de la
palabra”, algo difícil de entender, pues cabria preguntarse a que se refieren
por “verdadero”.
En
nuestra sociedad mexicana, el modelo tradicional masculino es el que define
cómo deben sentir, pensar, dicta las normas de lo que les está permitido o
prohibido hacer. Aunque dichas normas no son muy claras a lo que respecta ser
hombre. Sin
embargo, la masculinidad es un conjunto de características, valores y
comportamientos que una sociedad impone como el "deber ser". Entre algunos de los atributos que se deben poseer para
considerarse como un “verdadero hombre” están: ser poderoso, fuerte, rudo, ocultar su miedo y su dolor, se fomenta la competencia entre
ellos, en todos los ámbitos, incluido el sexual, como poseer más mujeres, dominante, triunfador,
seguro de sí mismo, decidido, agresivo, fuerte, arriesgado, poco emotivo.
La
práctica de lo masculino suele identificarse con experiencias extremas, como el
ganar batallas, seducir a mujeres o ejercer el mando, demostrar
que eres mas capaz que otros congéneres, ¡la pura adrenalina! Todo eso significara que serán más hombres.
Debe
ser el proveedor de la familia, (una gran responsabilidad para él), el que sabe
hacer casi de todo, ser mecánico, plomero, electricista, etc., saber resolver
cualquier tipo de problema que se presente, estar siempre dispuesto a las
relaciones sexuales; Además, como lo masculino debe ser lo contrario de lo que
se considera femenino, el hombre tiene prohibido manifestar emociones como la
ternura y la delicadeza, o sentimientos de debilidad como el llanto, el miedo y
la inseguridad. Habrá que tener mucho cuidado de no caer para perder la
hombría,
Se impone una
manera rígida de comportarse, basada en aspectos de poder y de violencia,
características que el debe mostrar y reafirmar constantemente, es decir,
siempre debe estar demostrando que es un hombre.
Aunque
en nuestra sociedad se espera que un hombre llegue a pensar, sentir y actuar
conforme a un modelo de lo masculino, es difícil que algún hombre llegue a
cumplir con todas estas exigencias. (lo mismo ocurre con las mujeres, donde
tienen que demostrar día a día que son femeninas y cualquier comportamiento
fuera de este pueden ser catalogadas como marimachas).
Sin embargo, bajo estas premisas, los machistas
no toleran ser contrariados y en muchas ocasiones se niegan a escuchar
opiniones distintas, esto suele manifestarse como necedad; “no me importa lo
que piense la gente”, como una forma autoritaria; “yo soy el que manda aquí”,
incluso llegan a considerar poco varonil el tener que pedir perdón. Cómo los conceptos de cómo ser hombre no son
claros y específicos, se generan tantas ideas falsas en torno de cómo
comportarse y no parecer mujer, que pueden entrar ideas que se nos pueden
parecer inverosímiles, por ejemplo, para algunos el baile esta considerado como
un afeminamiento, tal vez la razón porque muchos de ellos no bailan en las
fiestas. Algunos no desean ir al médico, pues rompe con su concepto de macho,
de soportar dolores y de verse avergonzados. Otros no quieren usar alguna crema
en su piel pues es una actividad femenina, (el tener las manos cuidadas), y así
se podrá hacer una gran lista. Esto comprueba que no todos asumen el rol
masculino en forma hegemónica, pero se dan en una amplitud en el imaginario
social.
Grayson Perry, ha escrito un
manifiesto para hombres, (la caída del hombre, en el año 2018) donde analiza
con humor fenómenos tan masculinos como la violencia, el exhibicionismo físico
y la competitividad. Menciona que todo
hombre simplemente por nacer con pene recibirá una educación diferente y
siempre será a partir de un privilegio, más aún cuando este es blanco y
heterosexual. Su mirada del mundo será a partir de ese privilegio.
Una de sus propuestas es renunciar
a la voluntad de poder y asumir las emociones como parte esencial de nuestra
felicidad. "
¿Qué pasaría si redefiniésemos la
vieja, machista y anticuada versión de la masculinidad para abrazar una nueva
manera de «ser hombre»? hasta ahora han sido las mujeres que han encabezado el
debate sobre el genero, al fin y al cabo, han sido ellas las que se han visto
mas oprimidas por sus restricciones. Sin embargo, también el hombre ha sido
victima de alguna forma, aun y cuando este ha estado privilegiado, situación
por la cual también recibe beneficios y no quiera arreglar algo que supone que
está bien. Retomando a Grayson, la masculinidad podría ser una camisa de fuerza
que esta impidiendo ser ellos mismos y en su afán de dominio se están
descuidando aspectos esenciales de su propia humanidad. En esa lucha por querer
ser masculinos, podrían estar impidiendo que su Yo sea mas feliz. Sin embargo, cada hombre tiene la capacidad de decidir si está de
acuerdo con los patrones de conducta impuestos, o bien, prefiere vivir su
masculinidad de manera diferente; de tal manera que no exista una, sino muchas
masculinidades.
Afortunadamente existen hombres que fueron educados fuera del
machismo tradicional y otros que desde pequeños se han estado cuestionando
acerca del “deber ser un hombre”, y han optado por un cambio, situación que no
es fácil, ya que tanto hombres como mujeres no lo ven con “buenos ojos”, así
que muchos de ellos tendrán que afrontar en sus culturas todo tipo de burlas,
hostilidad y cuestionamientos acerca de su hombría, Saben que al actuar con
valentía, cuestionar las normas, alzar la voz y hacer públicas sus creencias y
emociones se arriesgan a ser marginados y atacados por ser considerados raros.
Es de vital importancia que sepan que existen grupos de hombres
que están apoyando a otros y en búsqueda de nuevas masculinidades, donde se reconoce
que no es suficiente con ser buenos o sensibles con las mujeres, que no es
suficiente con combatir el sexismo y la violencia masculina, sino que su lucha
debe encaminarse en acciones positivas, concretas y asumir con determinación y
compromiso para erradicar las pautas de opresión y junto con ello también
contra el racismo y homofobia.
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