miércoles, 11 de mayo de 2016

DEJARSE LLEVAR POR LOS ESTEREOTIPOS

Parecería increíble pensar que en pleno 2015 todavía algunas personas sigan pensando que los colores para vestir a un bebe le puedan influir en su personalidad, pero como se ha consolidado en nuestro país que el color azul es para los niños y el rosa para la niñas. Se teme que sus hijos cambien de preferencia sexual tan solo con vestirlos de colores contrarios.  Pero incluso esto no solo se aplica en los bebes, sino que algunos adultos, en especial los hombres,  evitan vestirse de ciertos colores como el  rosa, comentando: “no vaya siendo que me vuelva homosexual”,  pero es curioso ver que si a las niñas las visten de azul esto no represente ningún “peligro”.  Pero cuando se trata de regalar ropa a un bebe  se suele escoger el color amarillo, para no complicarse.
Y pensar que hasta principios de 1900 estudios indican que el rosa tenía la misma probabilidad de estar asociado con bebés tanto varones como mujeres. Prácticamente fue hasta la Segunda Guerra Mundial que el color rosa fue designado para las niñas y azul para los varones. Anteriormente la vestidura más usada era el blanco, pero mientras que para algunas culturas como la francesa se utiliza el azul para niños y el rosa para las niñas, para otras culturas como la alemana y la belga Católica se  utilizan en forma contraria.
Así mismo se planteó el uso de aretes para las niñas, cuando en la antigüedad muchos pueblos, como los egipcios, asirios, fenicios, etruscos, celtas e iberos usaban los que conocemos con el nombre de arracadas y eran usados indistintamente por hombres o mujeres, aunque se acostumbraba que los varones los llevaran puestos  en una de las orejas.
Cuando se trata de darle juguetes a los niños, a los varones se les brinda los  más agresivos o con mayor libertad de movimiento  como pelotas, carros, bicicletas, pistolas y a las mujeres aquellos que están relacionados  al hogar, (planchas, trastos), muñecas, bebes, maquillajes que incluyen  todo para ser “femeninas o buenas madres”.  No es fácil ver que niños jueguen con muñecas, pues en tal caso, estaría en juego su hombría.
Ninguna de estas actividades hará que los niños o los adultos cambien su preferencia sexual como por arte de magia. Lo que si podemos decir es que son elementos que van separando día con día la convivencia entre los sexos. Remarcando una lucha entre los estos


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