miércoles, 11 de mayo de 2016

LA ESPERANZA DEL REGRESO DEL HIJO "DESAPARECIDO"

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Hace tiempo, alguien me pregunto: ¿por qué una madre no acepta la muerte de un hijo cuando éste desaparece y su cuerpo no es encontrado?
Vivir la muerte de un ser querido es un evento doloroso. Significa dejar de convivir con esa persona y es para nosotros una pérdida irrecuperable e irremplazable. Nos llena de tristeza y nos embargan sentimientos de soledad y desamparo.
Aunque sabemos que la muerte es un hecho cotidiano, es un tema que eludimos con frecuencia, a pesar de las festividades anuales el Día de Muertos cada Noviembre mexicano.
Cuando sufrimos la pérdida de un ser querido, que ha estado durante un tiempo considerable hospitalizado, sufriendo alguna enfermedad terminal o bien de una persona anciana; en algunos casos, no resulta tan doloroso, pues para muchos se comenta que “ya era de esperarse” o bien “ya dejo de sufrir”. Sin embargo, en el caso del fallecimiento de una persona que es víctima de un  accidente o catástrofe natural, resulta más doloroso, pues se considera que todavía “tenía vida por delante”.
Cuando nos anuncian la muerte inesperada de un ser querido, comúnmente nos suele pasar que negamos el hecho, no podemos dar crédito a tal aseveración, entramos en un estado de embotamiento de sensibilidad y de negación. Uno se siente aturdido e incapaz de aceptar la realidad. Queremos una explicación y buscamos a los posibles culpables de la muerte.
Los rituales que le siguen a una muerte son básicos para que la elaboración del duelo siga su curso, como pueden ser: el certificado de defunción, el funeral y el entierro. Esto ayuda a que uno tome conciencia de la muerte del ser querido.
Cualquier persona quiere contar con las pruebas palpables de la muerte de un ser querido, pues la noticia en sí misma causa una sensación de incredulidad. Tan importante es ver el cuerpo de la persona amada e identificar su rostro, para poder aceptar su muerte. Es como cuando a una persona le amputan algún miembro de su cuerpo o cuando una mujer sufre un aborto, es necesario ver aquello que se ha perdido, para poder dar crédito del suceso e incluso continuar con los rituales de entierro. Para muchas personas, puede ser un duro golpe seguir en  esa sensación de incredulidad de aquello que estuvo con nosotros y que ya no veremos más. En el caso de un aborto, la madre pensara que su hijo le fue robado.
 Se dice que para una madre la muerte de su hij@ es lo más doloroso e irreparable, pues generalmente ella espera ser sepultada por sus hijos, por ser más anciana que ellos. Consideran que es mucho el dolor del parto, como para que un hij@ se le sea arrebatad@.

En el caso de un@ hij@ “desaparecido”, como no hay un elemento tangible que dé fe de su muerte, los padres de familia se quedan con la esperanza de que siga vivo. En estos casos ni siquiera puede haber un certificado de defunción. Se cuenta que en muchos de los casos de hijos desaparecidos, los padres guardan sus pertenencias y no disponen de ellas, esperando su regreso.

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