Algunas personas nacen con una discapacidad. En otras la inhabilidad
se desarrolla con el tiempo. Otras la sufren repentinamente, debido a un
accidente o una enfermedad. Sin embargo, no es posible prevenirlas. Algunos
bebés progresan de una forma diferente
en la matriz y nadie sabe por qué. A estas limitaciones físicas y mentales que
se desenvuelven antes de que nazca el bebé se llaman “malformaciones
congénitas”. Se cree que estas últimas se deben a condiciones nocivas en la
vida de la mujer o del hombre, como pudiera ser la mala alimentación,
exposiciones a sustancias toxicas en el ambiente, no recibir buena atención de
salud, en los cuidados en el embarazo, parto y post-parto, en fin, son muchos
los factores que pudiesen haber influido.
Se sabe que algunas imposibilidades se heredan, como por
ejemplo, la atrofia muscular espinal y la distrofia muscular (enfermedades de
los músculos y los nervios). También se pueden presentar el síndrome de Down,
algún tipo de autismo o cualquier otra, sin embargo, la mayoría de estas no son
hereditarias. Hay que dejar bien claro que en la mayor parte de los casos, los
padres de este bebé no hicieron nada que causara tal invalidez, por lo tanto, no
hay porque culparlos.
Los expertos aún no están seguros de cuáles son los
orígenes de los diferentes síndromes. Lo
más seguro es que haya causas múltiples en vez de sólo una. Estarían
involucradas un número de circunstancias diversas, que incluyen factores
ambientales, biológicos y genéticos, los que sientan las bases para que hagan que
un niño/a sea más propenso a padecer algún tipo de trastorno.
En algunos lugares,
los prejuicios y las ideas equivocadas sobre este tipo de personas son parte de
las costumbres y creencias de la gente. Por ejemplo, suelen pensar que tener un
hijo con algún síndrome es por haber cometido algún pecado o que hicieron algo
que no debían, como ver un eclipse, tomarse una pastilla, no haber deseado al
crio, incluso suponer el haber sido infieles. Por lo general, la gente culpa a
la madre, pero ella nada tuvo que ver con la discapacidad y por otro lado, no
sirve de nada buscar un culpable, lo realmente importante es el tipo de
atención que pueda recibir. Sin embargo, la gente usa los prejuicios para justificar
las burlas, críticas y discriminaciones en contra de cualquier persona que sea
‘diferente’. Hay quienes piensan que una persona con capacidades diferentes es
un mal augurio, pero esto no implica que sea un castigo, tampoco es contagiosa ni se debe a
brujería o maldiciones.
En el caso de los menores de edad es importante tener una
asistencia temprana, pues en los primeros años de vida se desarrollan más
fácilmente las habilidades físicas, mentales, sociales y de comunicación que en
cualquier otra etapa de la vida.
En el caso de los adultos que por accidentes o enfermedad
pierden habilidades o atrofias en cuanto
a la comunicación, movilidad, memoria, etcétera, también es importante la
atención lo más pronto posible, aunque
los lugares son escasos donde la brinden,
pues generalmente la ayuda está más orientada a infantes, quienes cuentan con
grandes centros de atención.
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