lunes, 5 de diciembre de 2016

¿SIENTEN PLACER LOS DISCAPACITADOS?


El derecho a la sexualidad, al placer y a la reproducción, sigue siendo un tema que no es fácil de abordar con adolescentes, porque a veces aflora más nuestra pena, nuestra ignorancia, nuestros miedos o como se dice por ahí, “es como darles permiso para que lo hagan” “si no sabían pues ahora les dará curiosidad”. Y suponemos que será más complicado explicárselos  a chicos con discapacidad.
Antes de hablar, conjeturamos que no nos podrán entender algunos conceptos o las sensaciones que lleguen a sentir. Pero al igual  como a cualquier púber, debemos de utilizar un lenguaje simple, concreto y directo. Entre más explicaciones o rodeos les demos será más complicado para ellos entender. Si preguntan algo, es importante aclarar que es lo que quieren saber y porque, para identificar concretamente que es lo que les interesa y no estar especulando sobre sus inquietudes. Esto me recuerda un chiste donde un niño le pregunta a su papa ¿Qué es pene? El padre asustado e inquieto por lo que le enseñan a su hijo en la escuela, corre por las enciclopedias y le da todo un sermón de educación sexual. El padre al ver la cara de asombro de su hijo, le pregunta donde escucho dicha palabra. El pequeño responde que la monja dijo: oremos para que nuestra alma no pene.
Muchas veces los padres suponen que como son niños discapacitados carecen de erotismo. A veces tiene que ver con las ideas que nos dan los médicos o alguna otra persona relacionada quien dice que no serán capaces de aprender o que los vean como ángeles que los envió Dios, la idea es que creemos que la niñez es una etapa de “inocencia”, también está la posibilidad de suponer que tienen una sexualidad exacerbada.  Antiguamente las personas con discapacidad intelectual eran apartadas de la sociedad y se les atendía de manera meramente asistencial o se les recluía en centros de salud. Se sabía muy poco acerca de su desarrollo y mucho menos de su actividad sexual. Bajo la lupa de la moralidad se suponía que carecían de deseo sexual. Sin embargo, debemos tener en cuenta que el placer siempre estará presente en cualquier persona y a cualquier edad, la sensación de ser tocados como fuente de goce surge desde el nacimiento. Muchas veces suponemos que cuando un niño llega a la adolescencia es el momento preciso para que se le hable de la sexualidad, cuando en realidad  comienza desde pequeños,  como son las diferencias entre el cuerpo de hombre y mujer. De esta forma, la curiosidad por el sexo empieza en los niños a edades muy tempranas; recordemos como nosotros cuestionábamos lo que veíamos entre nuestros padres o en los medios de comunicación y lo que sentíamos en nuestros  propios cuerpos llenos de averiguación.
Es importante no centrarse en la genitalidad como la única forma de sentir, un abrazo, un beso, hasta tocar los lóbulos de la oreja puede ser erótico para cualquier persona. Sin embargo, algunos  hijos van descubriendo poco a poco sensaciones placenteras en sus genitales ya sea con frotarse en el piso o con algún peluche y suelen hacerlo ya sea en privado o exhibirse ante público. Esto último suele incomodar a los padres, por lo cual es importante enseñar al hijo que esas conductas no puede hacerlas frente a otras personas, sino en la comodidad de su recamara o baño.
Muchos padres tienen miedo a que otras personas se acerquen a sus hijos y los puedan maltratar, violentar incluso que puedan abusar sexualmente de ellos. Pero esta sobre protección no es de mucha utilidad, lo mejor es explicarles, hablar con ellos directamente de cómo cuidarse, que se siente, que deben y que no deben  hacer, así les damos herramientas para que se protejan, ya que el no comentarles es dar la oportunidad que otros se aprovechen de ellos.

Para que disfruten su sexualidad es importante que tengan una guía pues  tienen el derecho de vivir una sexualidad plena en libertad.

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