Perdió tu equipo favorito y estabas seguro que ganaría, presentaste un examen y estabas seguro que lo pasarías, pero no fue así, y eso te hizo sentir mal. Todos hemos pasado por momentos así, pero algunos no generan conflicto alguno, mientras que de otros no nos recuperamos prontamente y a veces tampoco por completo.
Me refiero a ese sentimiento desagradable
que tenemos cuando no podemos conseguir algo que anhelamos. Es esa exigencia de
conseguir aquello que quieres inmediatamente, pero también, de querer evitar todas las dificultades y
dolor, esto es a lo que llamamos frustración.
En realidad, es un sentimiento cotidiano
cuando las cosas no salen como queremos que salgan. Todos hemos sentido
frustración alguna vez en la vida, pero el problema está cuando nuestras
reacciones a esto que nos frustra nos genera un excesivo malestar y
paradójicamente nos aleja, aún más de conseguir aquello que queremos. Lo
podemos sentir en diferentes niveles, y los motivos pueden ser abundantes y a
veces aparente: desde perder un partido importante, estar mal correspondidos del ser de quienes
estamos enamorados u obsesionados, y hasta
las mal logradas metas personales y profesionales. Existen personas que continuamente
tienen situaciones que los hacen sentir frustrados durante varios eventos de su
vida y que poco a poco van dañando su estima, van considerando que sus
esfuerzos no servirán para nada, terminan en una considerable falta de
confianza en sí mismas, además, esto les genera una dificultad para tomar
decisiones y puede ocasionar un sentimiento de culpa.
En 1962, los psicólogos Wenger, Jones y
Jones estudiaron la frustración, diferenciando entre la confrontacional y la de
rendición, la primera suele aparecer por una provocación a la que la persona no
puede responder con un ataque, por procurar mantener la conducta socialmente
deseable. La frustración aquí viene por la represión de la ira. En cambio, la
de rendición surge cuando el individuo piensa que lo que ha hecho esta mal y
que ha fracasado.
Existe un termino utilizado por el
psicólogo Albert Ellis, para denominar a la poca paciencia y negación a cometer
errores o fallos, la llamada Baja
Tolerancia a la Frustración, que dice que existen personas que presentan una sensibilidad excesiva hacia todo aquello
que les resulta desagradable, no toleran la incomodidad, los contratiempos, las
trabas o problemas. Tampoco soportan la
demora en la satisfacción de sus deseos. Estas personas suelen presentar
estados de enfado, ansiedad, tristeza, a veces tienden a victimizarse y/o a culpar
a otros de lo que les pasa y tienden a rendirse, lo que puede conducir a una
baja autoestima, también se generan una serie de verbalizaciones internas auto
dirigidas de rechazo “no quiero hacer o esperar”. Se dice que tienen ciertas
creencias irracionales, pensamientos que surgen de forma automática, que nos
hacen sentir mal y suelen ser drásticos y dramáticos- “no puedo soportar esto”,
“esto es intolerable”, “debería”, “hubiera”, “siempre”, “nunca”, llegando a
suponer que las consecuencias serán horribles. Así, como también ideas de auto
desprecio como odiarse a uno mismo, lo cual se complementa con la falta de
seguridad en las capacidades y acciones propias, porque en el fondo y
sinceramente desde el principio ya esperaban el fracaso, que algo saliera mal o
bien, que nada seria suficiente.
En las ultimas décadas parece ser que esta baja tolerancia se ha instalado como uno de los rasgos que definen a las nuevas generaciones, ya que también puede considerarse como una persona muy consentida, algunos suponen que sus raíces se encuentran en la niñez debido a una sobreprotección por parte de los padres que genera que el niño suponga que siempre puede obtener todo lo que desea sin ningún tipo de límites. Aunque realmente esto no es del todo cierto ya que puede tener otros orígenes.
A todos nos gusta sentirnos orgullosos de nuestros logros y éxitos, ya que la idea del fracaso nos llena de vergüenza y culpa. Esto resulta complicado en una sociedad como la nuestra donde se valora el perfeccionismo, el éxito, la competitividad, la idea de fracasar puede llevarnos a dejar de intentar con tal de no vivir las emociones y sentimientos que se puedan presentar o bien de llevarnos a estados de ansiedad. Esto pasa al tener una gran expectativa sobre la felicidad, la fidelidad, el matrimonio, ser ricos y estas no puedan cumplirse debido a que en realidad no están bajo nuestro control todos los factores determinantes.
La idea equivocada de que la vida debe
ser sencilla y sin problemas, que nunca se perderá o fracasara que se ve
reflejada en la actualidad con tantos memes sobre “lucha por alcanzar tus
sueños”, “tu puedes hacerlo”. Existen pensamientos sociales que nos predican
estudia lo que te guste y trabaja en ello, falsas esperanzas de conseguir un
buen empleo o volverte rico con la carrera que estudiaste, lo cual se viene
abajo al saber que una persona sin tantos estudios pueda ganar más que tu, que
le den el empleo deseado a otra persona con menos preparación que tú. Detrás de
ello están ideas como: debo hacerlo bien para merecer la aprobación de los
demás y no ser criticado. Los demás
deben actuar de forma agradable, considerada y justa.
Por otro lado, se tiende a considerar que
el fracaso es responsabilidad propia, sea por una falta de conocimientos
determinados, precisión, disciplina o porque no le dedicaron la energía y el tiempo
suficientes para evitarlo, esto se agudiza, cuando nos dicen que, “sí se puede”,
pero las condiciones sociales son tan adversas que no se puede. En estas condiciones
es muy difícil asimilar, superar y aprender de situaciones; como ser corrido
del trabajo donde fuiste un empleado honrado, puntual, eficiente, para colocar
al recomendado o bien cuando tu jefe decide opacarte al percibir que estas
sobresaliendo más que él, o cuando vas a una entrevista de trabajo y solo te
ven como un participante de relleno, pues el puesto ya ésta destinado a algún protegido.
Las ilusiones y los deseos son útiles si
se convierten en ideales que nos impulsan a esforzarnos con acciones concretas
para conseguir nuestras expectativas.
Sentir que uno puede elegir y controlar
en mayor medida las circunstancias del entorno, favorece la sensación de
bienestar. Lo que en realidad es calcular los beneficios esperados, los medios
para conseguirlos y gestionar los riesgos y los costos.
Si afrontamos el reto pensando que
podemos influir considerablemente en el resultado, aunque este no sea
favorable, nos quedara la satisfacción de habernos esforzado para conseguir
nuestros propósitos “estoy tranquilo porque hice lo mejor que pude”, “he
suspendido porque no estudie lo suficiente, la próxima vez me preparare más”.
La frustración nos enseña que no podemos tener todo lo que deseamos, que no todo esta bajo nuestro control y nos permite equilibrar nuestro ego.
Recordemos que en la vida no podemos
evitar las dificultades y las frustraciones por mucho que intentemos, son parte
de la vida por lo cual debemos manejar estos sentimientos para que no nos amarguen
la existencia, por eso es importante bajar nuestras expectativas en los
diferentes rubros de la vida.
Reflexiona si realmente sería tan
horrible que las cosas no salieran como lo planeado. Imagínate lo mas horrible
que pudiera suceder. Al final la frustración es incomoda, pero tolerable y hay
que romper el ciclo negativo, porque nuestra mente estará retornando a lo mismo.
Entender que a veces podemos tener retrocesos en el camino para llegar a
nuestro propósito, pero que eso forma parte de la vida y que no necesariamente
significa que has fracasado, es importante tener en cuenta que la mayor parte
de los procesos reales no son lineales.
Todos tenemos preferencias y deseos, quizás nos gustaría que nos trataran como queremos, que las cosas salgan de una determinada manera, pero no dejan de ser deseos, no son necesidades primarias, estas son algo sin lo que no podemos vivir, como los alimentos, el sueño, las relaciones sociales entre otros. Piensa cuales son tus deseos y cuáles son tus necesidades.
Es
importante aprender a ser perseverante, entender y aceptar que las cosas no han
salido como queremos, sin embargo, han salido a flote, piensa que hay otras
cosas que has hecho bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario