¿Quién no ha sentido culpa alguna vez? Este sentimiento surge cuando creemos que hicimos algo malo, o cuando sabemos que deberíamos haber hecho algo y no lo hicimos. Es una forma particular de miedo que puede definirse como una percepción de que se ha hecho, dicho, pensado o sentido algo que resulta censurable, a la luz de un determinado sistema de valores.El sentimiento de culpa esta determinado por factores familiares, sociales, culturales, religiosos y personales, el cual se puede producir por múltiples razones.
Este concepto es una problemática central del sujeto actualmente, ya que la culpa no solo tiene que ver con las acciones del sujeto, sino también con los pensamientos, es decir con las fantasías de realizarlas. Es aquí lo interesante, porque todo análisis se basa no en la exoneración de la culpa de lo cometido, sino en la posibilidad de la verbalización de lo inconfesable.
Cultivada en la más temprana infancia, la culpa bloquea el desarrollo emocional y provoca estragos en la salud, pues conduce al auto reproche y a la desvalorización de uno mismo. En los casos más críticos alimenta pensamientos o actos suicidas.
El concepto de culpa, en el ámbito jurídico, se define como la omisión de la conducta debida para prever o evitar el daño, se manifiesta por la imprudencia: que es la inexcusable negligencia con olvido de las precauciones que la prudencia vulgar aconseja. Sin embargo, dentro del derecho se menciona otro termino llamado “dolo”, el cual es la voluntad deliberada de cometer un delito a sabiendas de su ilicitud, es decir, que implica la voluntad maliciosa de engañar a alguien o de incumplir una obligación contraída.
la base de la culpa esta el sentimiento de vergüenza, nos sentimos avergonzados por algo que hemos dicho o hecho, cuando no podemos controlar nuestra conducta y reaccionamos de forma agresiva y sentimos ira, o cuando actuamos de forma perversa o con dolo.
Sin embargo, socialmente nos hacen sentir culpables como cuando, la omisión de la conducta debida para prever o evitar el daño, se manifiesta por la imprudencia: que es la inexcusable negligencia con olvido de las precauciones que la prudencia vulgar aconseja, es decir, es el descuido en el actuar, dejar de cumplir un acto que el deber funcional exige o bien por la falta de pericia, sabiduría, practica, experiencia y habilidad en una tarea especifica.
Se dice que la culpa es como un barómetro que nos ayuda a controlar nuestros impulsos, a ser mas delicados con los demás y nos induce a subsanar los daños producidos por otros. Sin embargo, como un sentimiento negativo a veces nos zarandea y domina por completo el pensamiento, hasta destruir cualquier resquicio de tranquilidad interior o hasta hacernos sentir que perdemos la cordura, ya que este sentimiento no sólo es capaz de manipular y controlar nuestras acciones y pensamientos, sino que puede lograr que uno vaya en contra de su voluntad,
metafóricamente hablando, puede ser como una costra que tiene varias capas que necesitan ser sanadas para seguir con nuestra vida, pues nos puede conducir al autocastigo. La culpa debe surgir cuando hacemos daño a alguien. Y es que
Cuando el daño es solamente imaginario, la responsabilidad estriba en hacer conscientes esos sentimientos de culpa, estableciendo su origen y la forma en que se manifiestan. Pero salir de esta culpabilidad puede ser un camino difícil, a veces inalcanzable, si no sabemos cómo hacerlo. Por eso, el primer paso es descubrir dónde se ha originado dicha culpabilidad, para poder ponerle fin lo antes posible. Desprendernos de ataduras nos devuelve la libertad de ser y la alegría de vivir.
Muchas personas se culpan por cosas de las que tienen sin duda, plena responsabilidad. Otras buscan sentirse culpables casi por cualquier cosa. La culpa nos ayuda a no transgredir ciertas normas y códigos éticos, digamos que enciende una alarma que nos previene de cometer errores que podrían tener consecuencias.
La culpa dice que hemos “violado” algo y que tenemos que buscar cómo repararlo. Nos sentimos culpables por casi todo: cuando decimos “no”, cuando comemos demasiado, pedimos ayuda, traicionamos a alguien y muchas más. Es importante mencionar que vivimos en una cultura culpígena y, directa o indirectamente, aprendemos que el placer es culposo y por ello no nos permitimos sentirlo, pues tenemos introyectada la creencia de que si hacemos algo placentero, también estamos haciendo algo mal. ¿Si no existiera la culpa, habría más placer en la vida? La culpa sirve para que no repitamos algo que estuvo mal. Ahora bien, ¿hasta qué punto es sano sentir culpa?
Muchas personas se culpan por cosas de las que tienen sin duda, plena responsabilidad. Otras buscan sentirse culpables casi por cualquier cosa. La culpa nos ayuda a no transgredir ciertas normas y códigos éticos, digamos que enciende una alarma que nos previene de cometer errores que podrían tener consecuencias.
No recuerdo en que momento de la historia de mi vida lo leí, sin embargo, durante años me estuvo dando vueltas en mi cabeza, no se si la monja jerónima fue una de las primeras feministas, lo que si entendí que era un fuerte reclamo a la condición de ser mujer, que desde hace cientos de años, la mujer ha sido vista como un ser culpable en varias culturas, como ser la tentadora, la que destapo todos los males,con el concepto de que son las mujeres los impedimentos de la virtud y quienes conducen hacia todos los vicios, la impiedad y la ruina y que en el fondo tiene un profundo sentimiento de vergüenza y pudor.
Pareciera ser que se carga con una culpa desde la antigüedad ya que tiene que ver con las religiones saharasiaticas en las que hemos sido educados, como el judaísmo, cristianismo y el islam.
Tanto las religiones como las culturas han tenido un fuerte rechazo a las mujeres por considerarlas criaturas impuras y pecadoras, que han sido enviadas por demonios para extraviar a los hombres, y que en algunas obligaron las obligaron a cubrir su rostro y/o cuerpo
Cuando nace una hija es rechazada, generalmente por los padres.
Tanto las mujeres que han sido violadas u hostigadas llegan a preguntarse si hicieron o no algo para provocar el ataque
Y es que las mujeres han crecido con un sentimiento de culpa, por lo que hacen, por lo que no hacen, por lo que piensan, sienten o dejan de sentir. Por gozar de su sexualidad, algo las lleva a sentirse indignas y culpables hasta por tener un cuerpo, mujeres que ocultan sus senos ante la mirada de otros, con
En el génesis a la mujer se le pone como aquel ser que incita a Adán a desobedecer a Dios. El pecado original. En las cartas del apóstol San Pablo se dieron a entender las características de la buena esposa. En ellas se recomienda que sea sumisa, porque el marido es la cabeza de la mujer, como Cristo lo es de la iglesia. (Ef5:239. En la Epístola a Timoteo establece que las mujeres deben vestirse decorosamente, con pudor y modestia, recomienda que la mujer no domine al hombre y se mantenga en silencio, puesto que se le debe obediencia y respeto a este, ya que Adán fue formado primero y la mujer fue quien incurrió en el pecado (1tim 2:15). De esta última idea se desprendieron una serie de consecuencias para la imagen de la mujer, como la de ser culpable, débil, frívola y más tarde, emparentada al mal, asociada con los demonios y la brujería.
En la historia de la psiquiatría de F.G. Alexander cita que “las brujas acusadas aliviaban su culpa confesando sus fantasías sexuales en la audiencia pública; al mismo tiempo, alcanzaba cierta gratificación erótica al detenerse en todos los detalles ante sus acusadores masculinos”.
en el rey Lear de Shakespeare las describe:
De cintura para abajo son centauros, aunque sean mujeres por arriba. Hasta el talle gobiernan los dioses; hacia abajo, los demonios. Ahí esta elinfierno, las tinieblas, el pozo sulfúreo, ardiendo, quemando; peste, podredumbre.
En la actualidad sabemos que fueron mujeres que planteaban un desafío a la estructura de poder y eran conocedoras de herbolaria. …..
han recalcado que la mujer al ser violada o con hostigamiento hasta hace poco las leyes seguían culpando a la mujer, y todavía, no solo las leyes sino hasta otras mujeres juzgaban a las otras como ser las provocadoras, por vestirse, por caminar, por andar solas en las calles, en fin, sin pensar que ellas mismas podrían ser parte de ello.
Mujeres que viven sintiéndose culpables por que fueron hostigadas cargando la culpa de ser bonitas, de tener juventud y un cuerpo. Reclamando el derecho de poder vestirse como quieran y no sentirse culpables de ello. De sentirse culpables por ser las provocadoras, cuando en realidad, ellas nada tienen que ver.
Lo que libera de la culpa es asumir la responsabilidad por el daño que se causó y repararlo en la medida de lo posible.
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