¿Qué es una buena madre? Es una pregunta que está en el imaginario social y que no queda muy claro que es, sin embargo, muchas mujeres se lo cuestionan constantemente. Entre los límites de la sobreprotección y de la irresponsabilidad. Sin embargo, los sentimientos de culpa que acompañan el ser una madre; ¡son una locura! “¿Les estoy enseñando las cosas correctas?”, “¿Mis hijos saben que los quiero?”, “Grité a mis hijos ¿me odiarán para siempre?”, “¿Estoy dando la suficiente atención a mi hijo?”, “¿Estoy dando suficiente atención a mi esposo?”. Y eso no incluye los sentimientos de culpa de una madre que trabaja y tiene que dejar a su hijo todos los días con una niñera o a la guardería o aquella que por otros motivos sale del pais para trabajar y dejarlos con los abuelos. Se desarrollan una serie de sentimientos de culpa como pasar horas sumiéndose en la culpa y la autocompasión. ¡Luego por encima de eso, se tiene amigos y familiares a quienes atender! no sólo son madres, tambien son esposas, hermanas, hijas y tías. Algunas de ellas tienen llamamientos en la iglesia, o están activas en las escuelas de sus hijos. Como mujeres, madres y esposas, satisfacen una gran cantidad de necesidades de las personas y lo hacen de manera desinteresada. ¡De seguro, habrá muchas ocasiones en que han de sentir que han llegado a su límite! Lo mucho que se tiene que sacrificar en el momento que se convierte una en madre. “Me gustaría decir que ha sido uno de mis mayores retos, aprender lo mucho que tengo que sacrificar. ¡Amo a mi familia y amo a mis hijos, y no puedo imaginarme haciendo otra cosa, pero realmente se requiere de más energía de la que puedo controlar algunos días! Cuando era más joven, y estaba involucrada en un deporte que se volvía muy pesado o que ya no me gustaba, tenía la opción de abandonarlo si quería. Si algo era difícil, podía tomar un descanso, volver e intentar otra vez. Con la maternidad, no hay la frase “me rindo”, y no es algo de lo que una se puede apartar. Nos necesitan a cada minuto de cada hora de cada día"…
¿Quién no ha sentido culpa alguna vez? Este sentimiento surge cuando creemos que hicimos algo malo, o cuando suponemos que deberíamos haber hecho algo y no lo hicimos. Es una forma particular de miedo que puede definirse como una percepción de que se ha hecho, dicho, pensado o sentido algo que resulta censurable, a la luz de un determinado sistema de valores. Cultivada en la más temprana infancia, la culpa bloquea el desarrollo emocional y provoca estragos en la salud, pues conduce al autoreproche y a la desvalorización de uno mismo. En los casos más críticos alimenta pensamientos o actos suicidas. Lo que libera de la culpa es asumir la responsabilidad por el daño que se causó y repararlo en la medida de lo posible. Cuando el daño es solamente imaginario, la responsabilidad estriba en hacer conscientes esos sentimientos de culpa, estableciendo su origen y la forma en que se manifiestan. Pero salir de esta culpabilidad puede ser un camino difícil, a veces inalcanzable, si no sabemos cómo hacerlo. Por eso, el primer paso es descubrir dónde se ha originado dicha culpabilidad, para poder ponerle fin lo antes posible. Desprendernos de ataduras nos devuelve la libertad de ser y la alegría de vivir.
El sentimiento de culpabilidad no sólo es capaz de manipular y controlar nuestras acciones y pensamientos, sino que puede lograr que uno vaya en contra de su voluntad. La culpa a veces nos zarandea y domina por completo el pensamiento, hasta destruir cualquier resquicio de tranquilidad interior o hasta hacernos sentir que perdemos la cordura.
La persona propensa a la culpa se la pasa frecuentemente sintiendose culpable o culpando a otros. La culpa es como la papa caliente, como no la puedo sostener en mis manos porque quema, se la aviento a todos; es decir, ando culpando a todos. Él de la culpa se ha vuelto un experto en lanzarla hacia fuera; esa es una manera de querer liberarse de la ansieda que le provoca la culpa.
Muchas personas se culpan por cosas de las que tienen sin duda, plena responsabilidad. Otras buscan sentirse culpables casi por cualquier cosa. La culpa nos ayuda a no transgredir ciertas normas y códigos éticos, digamos que enciende una alarma que nos previene de cometer errores que podrían tener consecuencias.
La culpa dice que hemos “violado” algo y que tenemos que buscar cómo repararlo. Nos sentimos culpables por casi todo: cuando decimos “no”, cuando comemos demasiado, pedimos ayuda, traicionamos a alguien y muchas más. Es importante mencionar que vivimos en una cultura culpígena y, directa o indirectamente, aprendemos que el placer es culposo y por ello no nos permitimos sentirlo, pues tenemos introyectada la creencia de que si hacemos algo placentero, también estamos haciendo algo mal. ¿Si no existiera la culpa, habría más placer en la vida? La culpa sirve para que no repitamos algo que estuvo mal. Ahora bien, ¿hasta qué punto es sano sentir culpa?
Muchas personas se culpan por cosas de las que tienen sin duda, plena responsabilidad. Otras buscan sentirse culpables casi por cualquier cosa. La culpa nos ayuda a no transgredir ciertas normas y códigos éticos, digamos que enciende una alarma que nos previene de cometer errores que podrían tener consecuencias.
La culpa no es solo una preocupacion por el pasado; es la inmovilizacion del momento presente en aras de un suceso del pasado. Y el grado de inmovilizacion puede abarcar desde una pequeña incomodidad hasta una severa depresion.
Muchas veces nos sentimos culpables porque no somos perfectos, ese hecho significa que somos incapaces y valemos menos que otras personas. Tambien aprendemos a negar nuestras propias necesidades con el fin de no molestar a otros, y todo eso, nos lleva a valorarnos inadecuadamente, es decir, valemos por lo que hacemos, por nuestro desempeño, y no porque somos valiosos por ser seres humanos. Todo esto nos lleva a vivir buscando la aprobación de los demás porque nuestra estima no se ha desarrollado lo suficiente para darnos la certeza de nuestro propio valor. ¿para qué necesitamos vivir con culpa y el resentimiento?
Dos formas basicas la primera es la culpabilidad aprendida a muy temprana edad, es la culpa residual; es la reaccion que la gente lleva consigo desde sus recuerdos infantiles son como amonestaciones, por ejejmplo “papa o mama no te van a querer si haces esto otra vez, deberias sentirte avergonzado por lo que has hecho, bien, al fin de cuentas yo solo soy tu madre, a Dios no le gusta que hagan esas cosas, no hagas cosas por que puden dejar de quererte tus padres, pueden avergonzarate te ti. Y desde ahí aprendemos a ser manipulasdos por los adultos que tarde o temprano afloran en el sexo y en el matrimonio.
La culpa autoimpuesta: esta categoria de reaccion cubre una zona mas moleta, aquí el adulto se siente inmovilizado por cosas que ha hecho recientemente pero que no necesariamente tienen que estar conectadas con algo que paso en la infancia. Es impuesta por sí mismo cuando se infringe una norma adulta o un código moral
Entre las culpas autoimpuestas mas tipicas esta la de haber reñido con alguien y luego detestarse por haberlo hecho. El sentirse emocialmente nulo por nulo por algo que se ha hecho como haberse ido sin pagar no asistir algun funeral o iglesia, haber tomado algo que te encontraste y que pudo haber sido de algun vecino. Haber dicho algo indebido. Como cuando te has ido de fiesta y muere un ser querido.
Este concepto es una problemática central del sujeto actualmente, ya que la culpa no solo tiene que ver con las acciones del sujeto, sino también con los pensamientos, es decir con las fantasías de realizarlas. Es aquí lo interesante, porque todo análisis se basa no en la exoneración de la culpa de lo cometido, sino en la posibilidad de la verbalización de lo inconfesable.
Cultivada en la más temprana infancia, la culpa bloquea el desarrollo emocional y provoca estragos en la salud, pues conduce al auto reproche y a la desvalorización de uno mismo. En los casos más críticos alimenta pensamientos o actos suicidas.
El concepto de culpa, en el ámbito jurídico, se define como la omisión de la conducta debida para prever o evitar el daño, se manifiesta por la imprudencia: que es la inexcusable negligencia con olvido de las precauciones que la prudencia vulgar aconseja. Sin embargo, dentro del derecho se menciona otro termino llamado “dolo”, el cual es la voluntad deliberada de cometer un delito a sabiendas de su ilicitud, es decir, que implica la voluntad maliciosa de engañar a alguien o de incumplir una obligación contraída.
la base de la culpa esta el sentimiento de vergüenza, nos sentimos avergonzados por algo que hemos dicho o hecho, cuando no podemos controlar nuestra conducta y reaccionamos de forma agresiva y sentimos ira, o cuando actuamos de forma perversa o con dolo.
Sin embargo, socialmente nos hacen sentir culpables como cuando, la omisión de la conducta debida para prever o evitar el daño, se manifiesta por la imprudencia: que es la inexcusable negligencia con olvido de las precauciones que la prudencia vulgar aconseja, es decir, es el descuido en el actuar, dejar de cumplir un acto que el deber funcional exige o bien por la falta de pericia, sabiduría, practica, experiencia y habilidad en una tarea especifica.
Se dice que la culpa es como un barómetro que nos ayuda a controlar nuestros impulsos, a ser mas delicados con los demás y nos induce a subsanar los daños producidos por otros. Sin embargo, como un sentimiento negativo a veces nos zarandea y domina por completo el pensamiento, hasta destruir cualquier resquicio de tranquilidad interior o hasta hacernos sentir que perdemos la cordura, ya que este sentimiento no sólo es capaz de manipular y controlar nuestras acciones y pensamientos, sino que puede lograr que uno vaya en contra de su voluntad,
metafóricamente hablando, puede ser como una costra que tiene varias capas que necesitan ser sanadas para seguir con nuestra vida, pues nos puede conducir al autocastigo. La culpa debe surgir cuando hacemos daño a alguien. Y es que
Cuando el daño es solamente imaginario, la responsabilidad estriba en hacer conscientes esos sentimientos de culpa, estableciendo su origen y la forma en que se manifiestan. Pero salir de esta culpabilidad puede ser un camino difícil, a veces inalcanzable, si no sabemos cómo hacerlo. Por eso, el primer paso es descubrir dónde se ha originado dicha culpabilidad, para poder ponerle fin lo antes posible. Desprendernos de ataduras nos devuelve la libertad de ser y la alegría de vivir.
Muchas personas se culpan por cosas de las que tienen sin duda, plena responsabilidad. Otras buscan sentirse culpables casi por cualquier cosa. La culpa nos ayuda a no transgredir ciertas normas y códigos éticos, digamos que enciende una alarma que nos previene de cometer errores que podrían tener consecuencias.
La culpa dice que hemos “violado” algo y que tenemos que buscar cómo repararlo. Nos sentimos culpables por casi todo: cuando decimos “no”, cuando comemos demasiado, pedimos ayuda, traicionamos a alguien y muchas más. Es importante mencionar que vivimos en una cultura culpígena y, directa o indirectamente, aprendemos que el placer es culposo y por ello no nos permitimos sentirlo, pues tenemos introyectada la creencia de que si hacemos algo placentero, también estamos haciendo algo mal. ¿Si no existiera la culpa, habría más placer en la vida? La culpa sirve para que no repitamos algo que estuvo mal. Ahora bien, ¿hasta qué punto es sano sentir culpa?
Muchas personas se culpan por cosas de las que tienen sin duda, plena responsabilidad. Otras buscan sentirse culpables casi por cualquier cosa. La culpa nos ayuda a no transgredir ciertas normas y códigos éticos, digamos que enciende una alarma que nos previene de cometer errores que podrían tener consecuencias.
No podemos hablar de culpa como si fuera una sola porque son distintas. Existe la culpa sana y constructiva; tambien la tormentosa y destructiva.
Culpa psicotica
La culpa por nacer mujer
No recuerdo en que momento de la historia de mi vida lo leí, sin embargo, durante años me estuvo dando vueltas en mi cabeza, no se si la monja jerónima fue una de las primeras feministas, lo que si entendí que era un fuerte reclamo a la condición de ser mujer, que desde hace cientos de años, la mujer ha sido vista como un ser culpable en varias culturas, como ser la tentadora, la que destapo todos los males,con el concepto de que son las mujeres los impedimentos de la virtud y quienes conducen hacia todos los vicios, la impiedad y la ruina y que en el fondo tiene un profundo sentimiento de vergüenza y pudor.
Pareciera ser que se carga con una culpa desde la antigüedad ya que tiene que ver con las religiones saharasiaticas en las que hemos sido educados, como el judaísmo, cristianismo y el islam.
Tanto las religiones como las culturas han tenido un fuerte rechazo a las mujeres por considerarlas criaturas impuras y pecadoras, que han sido enviadas por demonios para extraviar a los hombres, y que en algunas obligaron las obligaron a cubrir su rostro y/o cuerpo
Cuando nace una hija es rechazada, generalmente por los padres.
Tanto las mujeres que han sido violadas u hostigadas llegan a preguntarse si hicieron o no algo para provocar el ataque
Y es que las mujeres han crecido con un sentimiento de culpa, por lo que hacen, por lo que no hacen, por lo que piensan, sienten o dejan de sentir. Por gozar de su sexualidad, algo las lleva a sentirse indignas y culpables hasta por tener un cuerpo, mujeres que ocultan sus senos ante la mirada de otros, con
En el génesis a la mujer se le pone como aquel ser que incita a Adán a desobedecer a Dios. El pecado original. En las cartas del apóstol San Pablo se dieron a entender las características de la buena esposa. En ellas se recomienda que sea sumisa, porque el marido es la cabeza de la mujer, como Cristo lo es de la iglesia. (Ef5:239. En la Epístola a Timoteo establece que las mujeres deben vestirse decorosamente, con pudor y modestia, recomienda que la mujer no domine al hombre y se mantenga en silencio, puesto que se le debe obediencia y respeto a este, ya que Adán fue formado primero y la mujer fue quien incurrió en el pecado (1tim 2:15). De esta última idea se desprendieron una serie de consecuencias para la imagen de la mujer, como la de ser culpable, débil, frívola y más tarde, emparentada al mal, asociada con los demonios y la brujería.
En la historia de la psiquiatría de F.G. Alexander cita que “las brujas acusadas aliviaban su culpa confesando sus fantasías sexuales en la audiencia pública; al mismo tiempo, alcanzaba cierta gratificación erótica al detenerse en todos los detalles ante sus acusadores masculinos”.
en el rey Lear de Shakespeare las describe:
De cintura para abajo son centauros, aunque sean mujeres por arriba. Hasta el talle gobiernan los dioses; hacia abajo, los demonios. Ahí esta elinfierno, las tinieblas, el pozo sulfúreo, ardiendo, quemando; peste, podredumbre.
En la actualidad sabemos que fueron mujeres que planteaban un desafío a la estructura de poder y eran conocedoras de herbolaria. …..
han recalcado que la mujer al ser violada o con hostigamiento hasta hace poco las leyes seguían culpando a la mujer, y todavía, no solo las leyes sino hasta otras mujeres juzgaban a las otras como ser las provocadoras, por vestirse, por caminar, por andar solas en las calles, en fin, sin pensar que ellas mismas podrían ser parte de ello.
Mujeres que viven sintiéndose culpables por que fueron hostigadas cargando la culpa de ser bonitas, de tener juventud y un cuerpo. Reclamando el derecho de poder vestirse como quieran y no sentirse culpables de ello. De sentirse culpables por ser las provocadoras, cuando en realidad, ellas nada tienen que ver.
Lo que libera de la culpa es asumir la responsabilidad por el daño que se causó y repararlo en la medida de lo posible.
Por lo general, detrás de la culpa está el enojo de la persona, la persona se defiende porque se siente acusada y entonces se pone a la defensiva, ofende y se ofende. El que se siente culpado frecuentemente anda culpando o criticando a otros. El remedio para no sentirse así, esta en la responsabilidad “esto sí me toca porque …… Esto no me toca porque …….”
Un manejo saludable de la culpa es canalizarla para conseguir lo que uno quiere, sin someterse o quedar resentido, buscar el dialogo. Dejar que la otra persona hable o hablar, favorece soluciones.
Tambien con empatia se puede ir corrigiendo el sentimiento de culpabilidad, ya que al sentir algo de afecto puede ir desapareciendo la culpa. Otra maneraes sólo haciendo ver a la otra personaque tu no la estás acusando, normalmente eso basta para que baje sus defensas y se abra a la reflexión y el diálogo.
Mientras vivamos culpando a los demás de lo que nos sucede, seremos como aves sin alas: nuestro potencial infinito no se puede desarrollar y tampoco podemos vivir plenamente. ¡hay que afrontar!
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