lunes, 13 de marzo de 2017

Como expreso mis emociones a mis hijos.

Hay momentos en que nuestros pequeños nos sacan de nuestras casillas, nos desesperan, nos hacen enojar y hasta se llega a pensar que lo hacen a propósito. Generalmente es mal visto manifestar emociones “negativas” con nuestros hijos, como enojarse, sentir desesperación, gritarles.  A muchos padres les da vergüenza corregir a sus hijos en el momento preciso frente a otras personas por temor a ser criticados.  En cambio, sentir alegría, cariño, protección es aceptable e incluso reforzado por los medios de comunicación, como los comerciales. Se nos impone manejar la imagen de que siempre tenemos que ser generosos, amorosos,  mostrar gratitud y deseo de entrega, de complacer en todo a nuestros críos.
Esto ha generado un sentimiento de culpa alrededor de la educación de los hijos donde jamás se debe de regañar, gritar, incluso ni  dar un pequeño jalón. Cuantos de nosotros no recibimos una fuerte reprimenda de nuestros padres para corregirnos, por diferentes razones, como  haber llegado tarde a casa sin avisar, por haber pegado a alguien o tomado algo que no nos pertenecía. Sin embargo, es importante señalar que el problema no es que nuestros hijos nos hagan enojar, sino como expresamos el enojo, pero ¿cómo podemos expresar nuestro enojo sin llegar a la ira o a la violencia?
Muchas veces sentimos confusión, porque en realidad se está aprendiendo a educar a los hijos, ya que no se asistió a una escuela para padres y ni los hijos vienen con un instructivo  bajo el brazo. ¿Qué palabras o actitudes utilizas para expresar tu enojo? Muchos padres utilizan  la mirada, un grito, un “oye te estoy hablando”, ponerse serios, no dejándolos salir, castigándolos de cualquier otra manera.
 Es de suma importancia no humillar, a veces es mejor, avisar que queda pendiente y hablar al día siguiente, cuando la ira haya disminuido, porque en un momento de cólera podemos humillar, discriminar, amenazar, denigrar y hasta golpear. Hay una gran diferencia entre lo que digo y como lo digo. Una cosa es ser fuerte, recio, manifestar autoridad y otra ser agresivo.
 Conocer nuestras emociones como padres implica que además de sentir alegría, también podemos sentir enojo con nuestros hijos, pero que eso no significa que los dejamos de querer. Actualmente pareciera ser que los padres  esperan la aceptación de los hijos. No los quieren lastimar emocionalmente, debo tener mucho cuidado en lo que digo. Que le hablara muy lindo y no enojarme, querer complacerlos en todo. A veces repetimos la manera en que fuimos educados de niños, pero también queremos hacer lo contrario de como fuimos educados y pasamos a los extremos, donde no les damos responsabilidades ni obligaciones a los hijos. Donde se les da todo, tan solo por ser hijos. Nunca los padres podrán dar todo a sus hijos y esas carencias suelen ser positivas para la vida.

Existe una presión social de que papa y mama deben desempeñarse como “buenos” padres,  en tal caso podría señalar que  en realidad lo que se necesita son padres lo suficientemente buenos, es decir, que sean capaces de dar cabida al desarrollo del verdadero yo del niño, es decir acoger su gesto espontáneo, en el sentido de lo que el niño quiere expresar, e interpretar su necesidad y devolvérsela como gratificación, lo que  importa es que se dé un equilibrio entre una madre suficientemente buena y una "madre banalmente dedicada" al niño.

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