La sexualidad es el aspecto central del ser humano desde el
nacimiento hasta su muerte; esta abarca el sexo, las identidades, los roles de
género, los sentimientos, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la
intimidad y la reproducción. La sexualidad se vivencía y se expresa a través de
pensamientos, fantasías, deseos y creencias, actitudes, valores, conductas
prácticas, papeles y relaciones interpersonales. Hablar de sexualidad implica
al ser humano integral. Por lo cual, no se puede hablar de una sexualidad
única, sino que existen tantas sexualidades como seres humanos en el mundo
porque cada uno de nosotros posee una construcción individual de su sexualidad.
De esta forma, desde que nacen los infantes empiezan a recibir
una educación sexual, que tiene que ver con el tipo de ropa que se les viste,
el tipo de juguetes que reciben y hasta la manera en que se le habla, pero generalmente
la pregunta va encaminada a cómo explicarles sobre la diferencia entre hombre y
mujer, que son los besos, como nace un bebe, etcétera. Se puede charlar de
sexualidad a partir de los 5 años, pero
todo a su nivel y de manera sencilla y directa. Uno de los mejores momentos es cuando
ellos preguntan. Así que lo primero que debemos hacer es investigar que quiere
saber sobre ese tema, ¿cuál es su idea?, ¿por qué lo cuestiona?, ya que ellos ya
tienen formuladas algunas teorías sobre lo que están preguntando.
Cuando les hablamos a nuestros hijos sobre sexo, es importante
adaptar la conversación a su edad. Si un pequeño de cinco años pregunta: “¿qué
significa dar a luz?” podemos responder: “es
cuando un bebé sale de la barriga de la mamá”. Si uno de diez años
pregunta lo mismo, nuestra respuesta debe ser más detallada y podría comenzar
así: “Después de que un bebé
crece durante nueve meses en el útero de la mamá, sale por su vulva…”.
Brindar información adecuada a la edad les facilita a los
niños entender que el sexo es una parte natural del ser humano y del desarrollo
emocional. También hace que sea más sencillo hablar con ellos acerca de
aspectos más complejos de la intimidad sexual a medida que crecen.
Cuando tu hijo esté en la escuela primaria, háblale acerca
de los enamoramientos. Escucha cuando esté investigando acerca de los abrazos y
besos, a muchos niños los besos les genera vergüenza quizás porque han
formulado que después del beso nacerá un bebe.
Si tu hijo te hace preguntas, siempre respóndele con
honestidad, no le ocultes la verdad. Si no sabes la respuesta, ambos pueden
buscar en un libro o en internet. La honestidad siempre es la mejor política,
eso le generará más confianza en ti. Habrá que evitar frases que lo
descalifiquen o mitos sociales que lo confunden, por ejemplo: decir “Te lo diré cuando seas un poco mayor”
o “La cigüeña trae a
los bebes y vienen de Paris”.
A veces da más pena a
los adultos hablar al respecto que a los críos, ya sea, por prejuicios o mala
información. Pero es que también están involucradas nuestras creencias sobre la
vida, el amor, el noviazgo, el placer, el cuerpo, la masturbación, las
relaciones sexuales, la amistad, la maternidad, la paternidad, tu propio yo,
etcétera. Realiza un lista de tus creencias y pon una palomita a las que
consideres positivas y un tache a las que puedan dañar a la sexualidad de tus
hijos.
Esta educación hará la diferencia en ellos, por ejemplo, en
algunas sociedades la llegada de la menstruación puede ser motivo de alegría,
pensar que ya entra en el mundo de los adultos, poder ser madre, sentirse feliz
y agradecida o bien como en nuestra sociedad donde se piensa que es algo
horrible y vista como una enfermedad, cuando la madre le dice, “pobrecita ya empezaste con esa friega”
En la sexualidad se ven involucrados los pensamientos
religiosos, los sociales, la manera en que la sociedad te trata de acuerdo con
tu sexo y la forma en cómo aprendiste a pensar, sentir y actuar como hombre o
como mujer. El no transmitir las
creencias erróneas a nuestros hijos
ayudara a futuras generaciones a no tener ideas que no les ayuden a
crecer.
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