lunes, 28 de agosto de 2017

¿AMOS DE CASA?

En la actualidad es más frecuente conocer familias donde los roles tradicionales han cambiado, es decir donde la madre es quien trabaja y el padre es quien se encarga de las labores del hogar.
Hay situaciones en que el esposo no consigue tener trabajo y es ella quien, si lo puede obtener por sus capacidades y porque los patrones están contratando más personal femenino, quizá porque les pagan menos o porque ahora los tipos de empleos también han cambiado. A veces puede ser por algunos lapsos de tiempo durante la vida matrimonial, otras veces suele ser permanente, donde ella termina aportando sumas mayores de dinero que su pareja o bien siendo el principal sostén de la familia. Aunque algunas mujeres se sienten mal, pues regresan a la forma de pensar que ellas deben de ser las “mantenidas”.
Hoy en día más hombres toman el “papel tradicional de la mujer” y se quedan en la casa, pero todavía no es muy común. La mayoría de ellos aún no pueden aceptar la idea de ser los maridos “amos de casa”, sin embargo, hay algunos que preferirían permanecer en la vivienda, porque a decir verdad es una vocación legítima. Y es que socialmente tampoco son bien vistos, ya que al varón que participa activamente en los quehaceres de la casa se les etiqueta como mandilón, como mantenido o “poco hombre”. Lamentablemente, también entre las mismas mujeres esto se hace más grande, por las críticas y agresiones que abundan, como, por ejemplo, la suegra que suele atacar a la nuera acusándola de ser una “fodonga”, o por no haber salido “buena mujercita”.
Cabe señalar que para aquellos hombres que han adoptado estos nuevos roles, no lo perciben como una “ayuda a la esposa”, sino que se reconocen corresponsables y entusiasmados al formar parte integrante de la familia, por ejemplo “si Yo ensucio, debo limpiar”; “disfruto cocinar y lo hago con gusto”, “cuido a los niños porque los quiero y son mis hijos”. Inclusive, la vida doméstica puede llegar a ser muy aburrida y pesada para ambos, pero ello es más llevadero si se comparten y alternan tareas domésticas. Tal vez existan faenas hogareñas que no son agradables de realizar, pero ello no es privativo de los hombres, también las mujeres tienen derecho a externarlo y ser aliviadas de estas tareas ingratas.
Aún más, si entre sus labores familiares, los hombres a la par que las mujeres hacen reparaciones en la casa, cocinan, recogen a los niños de la escuela y cuidan a los adultos mayores, ello posibilita poder convivir más con los hijos, desarrollando una paternidad que anteriormente era como ausente. A la larga esto posibilita un mejor entendimiento entre mujeres y hombres y prácticas más igualitarias.
Lo importante es que el hombre no se sienta disminuido por hacer estas tareas, como, por ejemplo; de hacerse cargo de los niños o de cocinar, ya que además se dice que ellos tienen buena sazón.
A su vez, existen también hombres y mujeres que viven solos y que también tienen que hacerse cargo de su hogar, de lavar, planchar, el aseo, etcétera, o sea estas tareas no son consustanciales al género, o como patéticamente se dice “labores propias de su sexo” o “cuida tu dignidad de varón”.
Ya sea que el padre o la madre se queden en casa, los hijos no encuentran diferencias. Lo importante que los padres les expliquen la situación y sus razones para la inversión de papeles y guarden siempre congruencia al respecto. Es necesario que ellos comprendan que su padre decidió quedarse allí porque era la mejor elección para la familia. Puesto que esto podrá generar descontrol cuando los pequeños acudan a la escuela, por no pertenecer a la “normatividad”. Si una pareja está interesada en la inversión de papeles, recomiendo que lo lleven a la práctica y que hablen mucho de este tema a fin de hacer los ajustes sobre la marcha y, bueno, como cualquier tema que afecte el rumbo de la familia debe merecer mucho cuidado y atención.
De esta forma, el padre tiende a implicarse de otra manera, es decir, con una mayor responsabilidad y compromiso que en el pasado. Las causas de este traspaso de actividades y de roles son muchas y variadas, destacando los nuevos modelos de estructura familiar, la incorporación de la mujer con más fuerza al mercado laboral, factores de evolución cultural, entre otros. Una situación ideal que esto nos lleve a encontrar a más padres que juegan con los niños, se preocupan por su educación y prestan mayor atención a su alimentación y cuidado integral.
En fin, esto redundará en beneficio de los niños y niñas que tengan la oportunidad de crecer en un ambiente con menos segmentación de roles que en el pasado, con una mejor crianza en general y menos carencias afectivas y materiales

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