martes, 29 de agosto de 2017

¿Qué se siente cuando la esposa es independiente? ¿Te hace sentir orgulloso o te genera conflicto en la relación?

Muchos hombres se sienten incómodos e incluso inseguros ante la idea de tener al lado a una mujer “tan independiente” que no solo no necesita de su protección, sino que también puede hacerse cargo de los gastos cotidianos y de los hijos. También hay  a quienes no les gusta que su esposa trabaje fuera de casa, prefieren que se dedique a los niños y a lo doméstico. A veces también les afecta que ella tenga más preparación académica, (aunque ya lo sabían antes de casarse).Pero si la mujer debe trabajar por necesidades económicas, lo aceptan a regañadientes, y bajo ningún concepto aceptarían que ella sea quien gane más, y aunque gracias a esta realidad la economía del hogar fuese más holgada,  se sentirían amenazados en su rol masculino de no ser los principales proveedores del sustento familiar.
Sin embargo, no siempre lo que es un problema para una persona lo es para la otra y en raros casos, la mujer de verdad piensa que no es un inconveniente que él gane menos dinero o tenga menor preparación escolar. Pero como nunca he tratado de generalizar, también podemos ver el lado opuesto, donde a algunas mujeres si les hace ruido, el constante bombardeo ya sea familiar o social en las que ellas deben ser las “mantenidas”, no el hombre, eso las hace sentir que están manteniendo a un “holgazán”, aun y cuando él sea el “amo de casa”.
Clara Coria, psicóloga clínica y autora del libro "El dinero en la pareja", sostiene que el dinero sigue teniendo un tinte sexual, "y ese género sexual sigue siendo masculino, aun cuando en las últimas décadas algunas mujeres hayan accedido a la adquisición y posesión del mismo". Pero este conflicto generalmente no queda solamente ahí, sino se suele introducirse bajo las sábanas, ya que en la vida íntima de una pareja, en el deseo y en el logro de placer se expresan las incidencias del poder, es decir, muchas de las veces la competencia entre ambos se deja sentir en la cama.
Porque lamentablemente cuando nos sentimos inferiores, tendemos a buscar la superioridad tratando de herir y menos preciar al compañero y es allí donde comienzan las dificultades y donde uno se perciba  menos, se convierte en un problema de pareja.
En general este, y cualquier tipo de roce dentro de una pareja se puede superar con buena voluntad, confianza, respeto y apoyo mutuo, el camino es un diálogo constructivo, basado en los mismos puntos y que incluya las opiniones y sentimientos de cada miembro de la pareja buscando en todo momento una mayor armonía y comprensión solidificando los lazos de la relación, evitando cualquier tipo de comentarios sarcásticos o fuera de tono, que podrían resquebrajar el entendimiento o a uno de los miembros de la pareja.
Si la pareja  está bien constituida  no tendrá ningún tipo de influencia negativa proveniente de los familiares o amistades que suelen hacer comentarios, siempre y cuando ambos se respeten, se quieran y se admiren.
Indiferentemente de cual sea la situación específica, es un tema que debe ser tratado abiertamente y sin recelos dentro de la pareja, manteniendo el nivel de respeto, y jamás haciendo sentir al otro como  inferior porque tiene mayor preparación  o aporta más dinero.

¿Qué es lo mejor para los miembros de una pareja? Pues hacer todo lo posible para sentirse cómodos en la realidad que les toca vivir, aceptarla, acompañarse, estimular el crecimiento del otro sin limitarlo, y, por sobre todo, hablar de lo que les incomoda. No hay por qué subvalorarse por ser quien menos gana, hay circunstancias que observadas desde otra perspectiva pueden ser altamente ventajosas. Vale la pena tener en cuenta todas las ventajas que esta situación aporta y entender que, en una pareja, el objetivo en común es el mismo, independientemente de quién genere mayores ingresos. En la relación de pareja lo más importante es estar apoyados y sentir que los dos están consolidando un bien familiar.

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