viernes, 19 de noviembre de 2021

dia del hombre

 

¿Es difícil ser hombre? ¿O ser un hombre de verdad?

Este 19 de noviembre fue el Día del Hombre, ¿también tienen su día?, en efecto, y tiene el mismo sentido que el Día de la Mujer, si bien su origen fue para concientizar sobre los problemas de salud de ellos, actualmente esta sirviendo de marco para reflexionar sobre la masculinidad moderna, sobre los nuevos modelos positivos, camino en el cual las mujeres nos llevan una gran ventaja.

En este sentido, ser un hombre de verdad, tal vez sea una pregunta que pocos hombres se hacen, o tal vez sea una pregunta que se siguen formulando los adolescentes.  “Se un hombre”, “responde como hombre”, “Compórtate como un verdadero hombre” son frases que se pueden escuchar a diario, pero no se logra entender bien su significado. A este respecto, Elizabeth Badinter, menciona “Implica que no se es algo que se dé por sentado y que la virilidad puede no ser tan natural como pretende”. Se dice que, para el hombre, la búsqueda de su identidad es más compleja que para las mujeres, pues para él se requiere aceptar y asumir un papel cultural que tradicionalmente se le exige ser, y eso puede ser hasta arbitrario y discrecional por parte de quien detenta algún poder.

 El problema es que no basta con nacer hombre, aunque ya mostrarse como tal, es recibir una crianza basada en un privilegio, pero a diario un macho tendrá que demostrar a la sociedad que realmente lo es. Freud hablaba que las mujeres tenían el complejo de la envidia del pene, y según algunos de sus seguidores, él se refería a que ellas lo que verdad envidiaban es la serie de privilegios que él tiene solo por ser varón, pero también existe en el imaginario social el miedo a ser catalogado como homosexual o afeminado como si eso fuera lo peor.

 A veces se dice que las mujeres prefieren a los hombres “verdaderos” con clara connotación sexual y genital, l busqueda de un macho, un real macho que me domine y para la idea opuesta se acuñó el clásico “pareces nena”, también figuran el “quiero encontrar en mi vida un verdadero hombre”, “un hombre en amplio sentido de la palabra”, algo difícil de entender, pues cabría preguntarse a qué se refiere “verdadero” y en qué contextos es válido.

 En nuestra sociedad mexicana, el modelo tradicional masculino es el que define cómo deben sentir, pensar los varones y dicta las normas de lo que les está permitido o prohibido hacer. Aunque dichas normas no son muy rigurosas y fundamentadas. Sin embargo, la masculinidad es un conjunto de características, valores y comportamientos que una sociedad impone como el "deber ser". Entre algunos de los atributos que se deben poseer para considerarse como un “verdadero hombre” están ser poderoso, fuerte, rudo, ocultar su miedo y su dolor, se fomenta la competencia entre ellos, en todos los ámbitos, incluido el sexual, y se expresa en poseer más mujeres, ser dominante, triunfador, seguro de sí mismo, decidido, agresivo, fuerte, arriesgado, poco emotivo.

 La práctica de lo masculino suele identificarse con experiencias extremas, como el ganar batallas, seducir a mujeres o ejercer el mando, demostrar que eres más capaz que otros congéneres, ¡La pura adrenalina! Todo eso significará que serán más hombres y que tienen un material genético superior que merece ser trasmitido de manera prioritaria, se convierten en un “buen partido”.

 Debe ser el proveedor de la familia, lo cual es una gran responsabilidad para él y que ciertamente lo libera de las tareas domésticas y cuidados. El hombre es el que sabe hacer casi de todo, ser mecánico, plomero, electricista, etc., saber resolver cualquier tipo de problema que se presente, estar siempre presto a las relaciones sexuales. Además, como lo masculino debe ser lo contrario de lo que se considera femenino, tiene prohibido manifestar emociones como la ternura y la delicadeza, o sentimientos de debilidad como el llanto, el miedo y la inseguridad. Habrá que tener mucho cuidado de no caer para no perder la hombría.

 Se impone una manera rígida de comportarse, basada en aspectos de poder y de violencia, características que él debe mostrar y reafirmar constantemente, es decir, siempre debe estar demostrando lo macho que es, aunque se equivoque, se contradiga y haga el ridículo en el intento.

 Aunque en nuestra sociedad se espera que un hombre llegue a pensar, sentir y actuar conforme a un modelo de lo masculino, es difícil que algún hombre llegue a cumplir con todas estas exigencias. Lo mismo ocurre con las mujeres, toda vez que tienen que demostrar día a día que son femeninas y cualquier comportamiento fuera de este pueden ser catalogadas como marimachas.

 Sin embargo, bajo estas premisas, los machistas no toleran ser contrariados y en muchas ocasiones se niegan a escuchar opiniones distintas, esto suele manifestarse como necedad; “no me importa lo que piense la gente”, como una forma autoritaria; “yo soy el que manda aquí”, incluso llegan a considerar poco varonil el tener que pedir perdón y rectificar. Cómo los conceptos de cómo ser hombre no son claros y específicos, se generan tantas ideas falsas en torno de cómo comportarse y no parecer mujer, que pueden entrar ideas que se nos pueden parecer inverosímiles, por ejemplo, para algunos el baile está considerado como un afeminamiento, en especial si piensan estudiar danza. Algunos no desean ir al médico, pues rompe con su concepto de macho, de soportar dolores y de verse avergonzados. Otros no quieren usar alguna crema en su piel, pues es algo femenino tener las manos limpias y cuidadas, incluso comer verduras y ensaladas, y así se podrá hacer una gran lista. Esto comprueba que no todos asumen el rol masculino en forma hegemónica y automática, pero estas preconcepciones se dan en una amplitud en el imaginario social.

 Esto parecería ser propio de generaciones del pasado, pero aún hoy los chavos se burlan entre ellos, al decir “qué señora eres” o “siéntese ñora” si alguien se atreve a hacerse cargo del lavado de su ropa, de prepararse sus alimentos o no excederse en el consumo de alcohol y sustancias.

 Grayson Perry, ha escrito un manifiesto para hombres titulado “La Caída del Hombre”, en el año 2018, donde analiza con humor fenómenos tan masculinos como la violencia, el exhibicionismo físico y la competitividad. Menciona que todo hombre simplemente por nacer con pene recibirá una educación diferente y siempre será a partir de un privilegio, más aún cuando este es blanco, rico y heterosexual. Su mirada del mundo será a partir de ese privilegio.

 La contraparte de esta supremacía es que hoy por hoy son hombres quienes mayoritariamente incrementan las estadísticas de violencia, ya sea muertes o lesiones, son perpetradores de crímenes de alto impacto y más propensos al fraude y la corrupción, también son más proclives a las adicciones, los desórdenes mentales y las enfermedades, principalmente las crónico degenerativas. Bajo esta óptica algunos expertos empiezan a poner en duda de alguna manera al patriarcado como sistema de opresión, porque resulta que los opresores pagan un altísimo costo, aun así, confirman que el machismo campea y seguirá muy presente como fenómeno medible y demostrable.

 Una de las propuestas que propone Grayson Perry, es renunciar a la voluntad de poder y asumir las emociones como parte esencial de nuestra felicidad.

 ¿Qué pasaría si redefiniésemos la vieja, machista y anticuada versión de la masculinidad para abrazar una nueva manera de “ser hombre” ?, hasta ahora han sido las mujeres las que han encabezado el debate sobre el género, al fin y al cabo, han sido ellas las que se han visto más oprimidas por sus restricciones, en el sentido de que se le adjudica un rol pasivo al respecto.

 Sin embargo, como ya dijimos, también el hombre ha sido víctima de sus propios entuertos, aun y cuando éste ha estado privilegiado, porque recibe beneficios y no quiera arreglar algo que supone que está bien. Por lo mismo, retomando a Grayson, la masculinidad podría ser una camisa de fuerza que está impidiendo ser ellos mismos y en su afán de dominio se están descuidando aspectos esenciales de su propia humanidad. En esa lucha por querer ser masculinos, podrían estar impidiendo que su Yo sea más feliz y menos atormentado. Sin embargo, cada hombre tiene la capacidad de decidir si está de acuerdo con los patrones de conducta impuestos, o bien, prefiere vivir su masculinidad de manera diferente, a modo de que no exista una, sino muchas masculinidades.

 Afortunadamente existen hombres que fueron educados fuera del machismo tradicional y otros que desde pequeños se han estado cuestionando acerca del “deber ser un hombre”, y han optado por un cambio, situación que no es fácil, ya que tanto hombres como mujeres no lo ven con buenos ojos, así que muchos de ellos tendrán que afrontar en sus culturas todo tipo de burlas, hostilidad y cuestionamientos acerca de su hombría. Saben que, al actuar con valentía, cuestionar las normas, alzar la voz y hacer públicas sus creencias y emociones se arriesgan a ser marginados y atacados por ser considerados raros y trasgresores.

 Es de vital importancia que sepan que existen grupos de hombres que están apoyando a otros y en búsqueda de nuevas masculinidades, donde se reconoce que no es suficiente con ser buenos o sensibles con las mujeres, que no es suficiente con combatir el sexismo y la violencia masculina y su poder autodestructivo, sino que su lucha debe encaminarse en acciones proactivas, estratégicas, positivas, concretas y asumirlas con determinación y compromiso para erradicar las pautas de opresión, y junto con ello también sumar causas como el caso de la lucha contra el clasismo, el racismo y la homofobia.

 

 

 

 

 

lunes, 6 de septiembre de 2021

¿pinches necios o aprendi a vergonzarme?

 

No recuerdo en que momento de mi vida leí el soneto de Sor Juana Inés de la Cruz: Hombres necios que acusáis a la mujer y durante años me estuvo dando vueltas en mi cabeza, no sé si esta monja Jerónima fue una de las primeras feministas, sin embargo, escribió este soneto en 1690, un clásico del barroco novohispano, donde plantea que los hombres ocasionan el comportamiento sexual femenino y ellos mismos lo censuran. Es una crítica a la postura del hombre ante su actitud hipócrita, egoísta e impulsiva, donde deja claro su desacuerdo, de la desigualdad y la injusticia hacia la discriminación de la mujer.

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.

Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?

Mas entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y queja enhorabuena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?

¿Pues para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar
y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.

 

 

Hace una defensa a la mujer en el mundo patriarcal e injusto, muestra los defectos de los hombres, los mismos para calumniarlas. Hace mención a dos figuras de la mitología grecolatina, Lucrecia y Thais, la segunda una cortesana ateniense la alude como símbolo de deshora y falta de moral, y Lucrecia una mujer romana bella y honrada, quien acabo con su propia vida tras ser violada, la coloca como un signo de pureza honestidad. Thais es la mujer que los hombres pretenden como mujer, pero como esposa esta la honestidad de Lucrecia, son de cualidades opuestas, pero reiteran la contradicción permanente de los hombres.

Siento que el soneto resume perfectamente este acontecer histórico dónde las mujeres se sienten culpables, preguntándose si ellas hicieron o no algo para provocar un ataque. Tanto las mujeres que han sido violadas u hostigadas llegan a preguntarse si hicieron o no algo para provocar el ataque, así como también, cuando una mujer sufre un aborto espontaneo, cuando algún chico se masturba frente a ella en el transporte público, cuando es acusada de darle pecho a su crio en la calle, cuando se pone ropa ajustada, mujeres que ocultan sus senos ante la mirada de otros.

Y es que las mujeres desde niñas se les va fomentando un sentimiento de culpa, por lo que hacen, por lo que no hacen, por lo que piensan, sienten o dejan de sentir, por gozar de su sexualidad. Reclamando el derecho de poder vestirse como quieran y no sentirse culpables de ello, si se arregla mucho, se interpretará como que busca seducir, si no se maquilla, es que no cuida su apariencia. Si usa falda corta o larga de cualquier modo tendrá connotaciones sexuales.  De sentirse culpables por ser las provocadoras, cuando en realidad, ellas no lo hacen con dolo.  Existe una doble moral que siempre pone en desventaja a las mujeres, donde se establecen valores antagónicos para ambos sexos, en ellos se valoriza la “promiscuidad” y en ellas la castidad, esta diferencia al contraponer intereses conduce a un conflicto. Un hombre que acumula “conquistas” es admirado, mientras que si una mujer hace los mismo afectará su reputación.

 En la historia de la humanidad se crearon una jerarquía de leyes y normas de conducta con el fin de establecer una convivencia entre las personas, pero cuando estas normas no se cumplen el remedio es culpar y/o castigar, por lo que “el origen de la culpa es social, aunque la experiencia de la culpa sea personal”, Carlos castilla

El sentimiento de culpa esta determinado por factores familiares, sociales, culturales, religiosos y personales, sentimos culpa ante muy diversas situaciones y hay infinitas razones por las que a veces nos sentimos culpables.

 Actualmente, este concepto es una problemática central del sujeto, ya que la culpa no solo tiene que ver con las acciones del sujeto, sino también con los pensamientos, es decir con las fantasías de realizarlas. Es aquí lo interesante, porque todo análisis se basa no en la exoneración de la culpa de lo cometido, sino en la posibilidad de la verbalización de lo inconfesable.

 La culpa llega a robarnos el sosiego y la felicidad, es un sentimiento agrio y punzante que nos produce una intensa sensación de malestar, se dice que es un arma de dos filos, como un sentimiento positivo, es para darnos cuenta de que alguna acción que hicimos no fue de acuerdo a nuestra ética moral y poder enmendarla, en este sentido, es como un barómetro que nos ayuda a controlar nuestros impulsos, a ser más delicados con los demás y nos induce a subsanar los daños producidos por otros. Sin embargo, como un sentimiento negativo a veces nos zarandea y domina por completo el pensamiento, hasta destruir cualquier resquicio de tranquilidad interior o hasta hacernos sentir que perdemos la cordura, ya que este sentimiento no sólo es capaz de manipular y controlar nuestras acciones y pensamientos, sino que puede lograr que uno vaya en contra de su voluntad, metafóricamente hablando, puede ser como una costra que tiene varias capas que necesitan ser sanadas para seguir con nuestra vida, pues nos puede conducir al autocastigo. Y es que su base es el sentimiento de la vergüenza, nos sentimos apenados por algo que hemos dicho o hecho. cuando no podemos controlar nuestra conducta y reaccionamos de forma agresiva y sentimos ira, o cuando actuamos de forma perversa o con dolo.

 

El concepto de culpa, en el ámbito jurídico, se define como la omisión de la conducta debida para prever o evitar el daño; se manifiesta por la imprudencia: que es la inexcusable negligencia con olvido de las precauciones que la prudencia vulgar aconseja. Ante estas ideas, nos aparece la culpa, al sentir que no fuimos lo “suficientemente precavidos” ante una situación, dejar de cumplir un acto que el deber funcional exige o bien por la falta de pericia, sabiduría, practica, experiencia y habilidad en una tarea específica. Situaciones que por el simple hecho de desconocer o no tener una habilidad, no deberíamos sentirnos culpables.   

  Dentro del Derecho se menciona otro termino llamado “dolo”, el cual es la voluntad deliberada de cometer un delito a sabiendas de su ilicitud, es decir, que implica la voluntad maliciosa de engañar a alguien o de incumplir una obligación contraída. En este sentido, la culpa debe surgir cuando hacemos daño a alguien y estamos conscientes de ello, puesto que muchas veces llegamos a decir algo y eso puede ofender al otro, pero no se tuvo la intención de hacer daño.

  A veces se siente la culpa por algo que no hicimos, pero creemos que tuvo que ver con nuestro comportamiento o nuestro pensamiento, es una culpa que tiene que ver mas con un carácter social e histórico, con una culpa históricamente asociada a la mujer que tiene que ver con el sentimiento de vergüenza,

 Desde hace cientos de años, la mujer ha sido vista en varias culturas como un ser culpable, es especial, el judaísmo, cristianismo y el islam, en ellas se ha tenido un fuerte rechazo a las mujeres por considerarlas criaturas impuras y pecadoras, que han sido enviadas por demonios para extraviar a los hombres, ser la tentadora, la que destapo todos los males, con el concepto de que son ellas los impedimentos de la virtud y quienes conducen hacia todos los vicios, la impiedad y la ruina y que en el fondo les produce un profundo sentimiento de vergüenza y pudor, (prueba de ello, ha sido que fueron obligadas  a cubrir su rostro y/o cuerpo).

 En el génesis a la mujer se le pone como aquel ser que incita a Adán a desobedecer a Dios. En las cartas del apóstol San Pablo se dieron a entender las características de la buena esposa. En ellas se recomienda que sea sumisa, porque el marido es la cabeza de la mujer, como Cristo lo es de la iglesia. (Ef5:239. En la Epístola a Timoteo establece que las mujeres deben vestirse decorosamente, con pudor y modestia, recomienda que la mujer no domine al hombre y se mantenga en silencio, puesto que se le debe obediencia y respeto a este, ya que Adán fue formado primero y la mujer fue quien incurrió en el pecado (1tim 2:15). Se puede apreciar como de aquí se desprendieron una serie de consecuencias para la imagen de la mujer, como la de ser culpable, débil, frívola y más tarde, emparentada al mal, asociada con los demonios y la brujería.

Muchos mitos sobre mujeres fantásticas como las sirenas son seres mitad animal y mitad mujer, por ejemplo; en el rey Lear de Shakespeare las describe: “De cintura para abajo son centauros, aunque sean mujeres por arriba. Hasta el talle gobiernan los dioses; hacia abajo, los demonios. Ahí está el infierno, las tinieblas, el pozo sulfúreo, ardiendo, quemando; peste, podredumbre.

En la actualidad sabemos que las brujas fueron mujeres que planteaban un desafío a la estructura de poder y eran conocedoras de herbolaria. Sin embargo, en la historia de la psiquiatría de F.G. Alexander cita que “las brujas acusadas aliviaban su culpa confesando sus fantasías sexuales en la audiencia pública; al mismo tiempo, alcanzaba cierta gratificación erótica al detenerse en todos los detalles ante sus acusadores masculinos”.

Hasta hace poco las leyes seguían culpando a la mujer violada o con hostigamiento, también lo podemos apreciar que hasta otras mujeres las juzgan como provocadoras, ya sea por como se visten, por su caminar, por andar solas en las calles, por no tener un hombre que las proteja, sin pensar que ellas mismas podrían ser parte de ello.

 

Me enseñaron a avergonzarme de mi cuerpo, de mis actos, de mis pensamientos, que lo que pienso es absurdo, aprendí a preguntarle a la vergüenza cómo vestirme, sí ponerme faldas, de ir a la playa, de comer o llorar en la calle, de ir sin sujetador, de salir con o sin maquillaje, no vaya a ser que alguien pensara que voy buscando gustar, destacar. Anónimo.

¿doble cara o moral ?

Seguramente te has encontrado con personas que juzgan y hasta condenan a otros lo mismo que ellos realizan tratando de no ser vistos y lo peor es que si los atrapas ellos lo niegan o tienen la justificación perfecta.

A ese tipo de personas, es a lo que comúnmente llamamos “doble moral”, generalmente lo usamos cuando a una persona o institución se le acusa de ejercer un criterio distinto o usan una doble norma a diferentes personas o grupos, es decir que injustamente se le da más libertad de comportamiento a uno que a otro. Y se nos hace injusta porque viola el principio de justicia llamado imparcialidad, nos puede llegar a enojar porque no aplican los mismos criterios a todas las personas permitiendo así un favoritismo donde entran sus propios criterios.

El siglo de la Reina Victoria representó más que el nombre de una reina inglesa, en este mundo burgués los valores cambiaron de sentido y se acrecentó un mundo de valores rígidos. Para los victorianos el hogar era santo, es decir que la familia burguesa idealizó una nueva familia que se distinguió por su aspecto espiritual remoto, etéreo e irreal, una lugar sagrado y donde se convirtió a la sexualidad en sinónimo de matrimonio y procreación, lo que generó una doble moral inevitable y aumentando con esto la capacidad en la población de vigilar  y a la vez de emitir juicios en la contra de otros, convirtiéndose en una práctica común en la vida cotidiana, aunque esta sea condenable. quien la sufre termina indignado, molesto, con rabia por la injusticia, pero quien la ejerce siempre negara que se está aplicando o bien dará una razón no muy convincente pero lo que buscara es dar por terminada la conversación, un ejemplo de ello, un hombre que condena el adulterio mientras mantiene a una amante y, además, juzga negativamente que su esposa llegue a tener también uno, incluso hasta le prohíbe tener amigos, es decir, socialmente, el adulterio es aceptado para un esposo y negado a una esposa. Del mismo modo, un hombre que tiene relaciones sexuales con muchas mujeres puede ser llamado "galán" o "don juan" y ser calificado positivamente, mientras que para ella que tiene sexo con muchos hombres puede ser llamada “prostituta", "perra", "puta", “zorra” “mujerzuela” entre otras, siendo calificada negativamente.

En la mayoría de los casos, esta doble moral va de la mano de un machismo o de un privilegio de poder, porque la idea es trasmitir que “yo puedo hacerlo, pero tú no”. También puede presentarse en mujeres, donde ellas critican a sus congéneres sobre su comportamiento cuando ellas, si lo pueden hacer, como usar un tipo de vestimenta, de frecuentar amigos, de llegar tarde a casa, incluso de tener varios compañeros sexuales. Claro esta que cuando son descubiertas suelen ser mas señaladas, pero en el caso del sexo contrario, ellos se comportan de una manera más solapada, como quien dice, son los que lanzan la piedra, pero esconden la mano, ellos se colocan en el lugar que consideran que lo que hacen es lo correcto, y por consiguiente los demás están equivocados y son más tolerados socialmente. Y los vemos en todos lados, hay quienes critican la corrupción y sin el más mínimo descaro hacen sus propios ‘torcidos’; conocemos a ‘defensores’ de derechos humanos que, en cada acto de sus vidas, atropellan a la gente; Cuántos aparentan tener un matrimonio modelo y en la intimidad de sus hogares ‘sobresalen’ por el maltrato familiar. Por lo tanto, ante la acusación de un trato desigual, lo que se da es una justificación "adecuada" para el tratamiento diferente y no un empeño en eliminar el trato desigual propiamente dicho. Este mecanismo es muy común en los centros de poder, como las religiones y los gobiernos.  Y aunque esa es una práctica que se condena, muchos se han convertido en ‘especialistas’ en esta forma de ser.

Se podría decir que la gente que vive en esta doble moral, son unos grandes mentirosos y generan una gran red de mentiras que al final dañaran las relaciones familiares, con los amigos y hasta profesionalmente, Cuando nos encontramos con gente así se crea un clima de desconfianza, que nos hace daño y a ellos los obliga a vivir en un mundo irreal y falso. Lo más grave del machismo, en el caso de los hombres, es que se apropien de él y lo manifiestan como un derecho exclusivo mientras lo niegan para las mujeres o para otros.

Debemos poner los pies sobre la tierra y de entablar un diálogo sincero con nosotros mismos y aceptar que no somos perfectos.

 

jueves, 29 de julio de 2021

ese miedo a la homosexualidad o parecer femenino.

 El artista ingles Grayson Perry, icono cultural en su país, ha hecho mención de que existe entre el imaginario social un terrible miedo a que los hombres demuestren conductas femeninas, asi como tambien que el hijo “salga” “homosexual”, se asume que el ser hombre se da de una manera “natural” pero ¿qué pasa con los niños cuya conducta no es naturalmeante masculina? ¿Qué sucede sin son tímidos o no les gustan los juegos “viriles”? Muchas veces los niños viven en una presión extremadamente agresiva, viven con gran dolor, en medio de burlas, imposiciones y castigos que fueron sometidos por sus padres, hermanos y compañeros para evitar que parezcan afeminados.

Hace mención de que existe entre los hombres un miedo hacia la homosexualidad donde cualquier hombre debe estar cuidándose para no parecerlo, de despreciar lo femenino como algo inferior a lo masculino, y se puede apreciar en frases como “pareces niña”, habla o grita como hombre” no usar ciertos colores o prendas de vestir llamativas, lo difícil de que un hombre reconozca que otro sea guapo, (cuidado, “a poco te gustan los hombres”).

Los padres evitan dar muestras físicas o verbales de amor a sus hijos por este mismo temor de que crezcan “afeminados”, de esta forma recibir o prodigar ternura es acercarse a un terreno peligroso llamado homosexualidad.  También es mal visto que los hijos pasen su tiempo en compañía de mujeres en lugar de estar con hombres. La idea de que los niños podrían “contaminarse” e incluso volverse homosexuales, si juegan con las niñas deriva más de la homofobia que desde cualquier sustento real, al igual la idea de que las niñas deben mantenerse lejos de los niños para conservar su feminidad y su inocencia es igual de absurda.

Los padres al ver que sus hijos varones prefieren juegos “poco masculinos” o por el contrario en el caso de las niñas que prefieren algo mas “rudo”, les invade un terror y hasta se sienten convencidos que se volverán maricones o marimachas. Consideran prohibirles juegos, sin embargo, Al igual que muchas mujeres  que de niñas disfrutaban de juegos como futbol, andar en bicicleta, burro castigado, coleadas, burro tamalado, cebollitas, bote pateado, subirse a los árboles, en fin, jugar aquellos juegos rudos, no fue motivo para volverlas lesbianas, al parecer las hicieron ser empoderadas. Un ser homofobico puede ser una persona con un miedo terrible de ser descubierto.

Dice la Psicóloga Marina Castañeda que “no existe manera alguna de pronosticar cuál va a ser la orientacion sexual de un niño, no hay evidencia alguna de que demuestre que los niños afeminados o las niñas marimachas vayan a ser homosexuales.” se ha demostrado que no existe un ambiente especifico, ni la ausencia del padre, ni el apego a la madre, ni el autoritarismo, ni el niño violado, o seducido por un adulto, Tampoco si falto el padre, que si era alcoholico, si la madre fue muy cariñosa, si el ambiente familiar era machista, sean elementos que definan si un hijo sera lesbiana u homosexual o cualquier otro, al contrario, es mas facil suponer que por presion social muchos miembros del lgbtt tiendan aparentar una doble vida, algunos se casan para que no sospechen de su homosexualidad,  en lugar de vivir plenamente su sexualidad. Mucha gente a tratado de negar o cancelar su homosexualidad durante décadas enteras, sin lograr apagar jamás su deseo físico y la necesidad emocional de estar con alguien de su mismo sexo.

Freud, siempre hizo hincapié en la bisexualidad psíquica de hombres y mujeres, declarando “todos los individuos humanos en virtud de su disposición bisexual combinan en sí características tanto femeninas como masculinas, de modo que la masculinidad y feminidad puras no pasan de ser construcciones teóricas de contenido incierto, tenemos gestos de ambos padres.

Freud no creia en un solo tipo de homosexualidad, ni en una causa unica; su pensamiento es demasiado complejo para encerrarse a una teoria absoluta y mas bien formulo diferentes acercamientos al tema. No hay ni una sola causa ni una forma unica de la homosexualidad. Y quiza tampoco la haya de la heterosexualidad. Si pensamos en la infinidad de formas que adoptan las relaciones entre hombres y mujeres, y cómo cambian según el lugar y la época historica, parece dificil imaginar una sola teoria de la heterosexualidad. Es importante dejar en claro que, si algunos niños viven su sexualidad sin prejuicios, para otros es un largo caminar, donde tendrán dudas constantemente sobre su persona, a veces pensando que sí estarán en el lado correcto, es decir, para muchos puede ser un proceso que tarde años en definir su propia sexualidad.

La orientación sexual no es algo que uno puedo elegir libremente, aunque haya estado de moda, en cierto momento, hablar de “opción” o de “preferencia” sexual, si esto fuera posible muchos homosexuales o heterosexuales dejarían de serlo, como suelen decir muchas mujeres decepcionadas de los hombres que preferirían ser lesbianas, como si eso fuera a solucionar sus problemas. Pero se sabe que las probabilidades de cambiar de orientación sexual son nulas aun y cuando cualquier persona se someta por su propia voluntad a tratamientos médicos, psiquiátricos o psicológicos con ese fin. Buscar causas de la homosexualidad es buscar las causas de la heterosexualidad o bisexualidad, en última instancia de la propia sexualidad.  

En todas las sociedades existen homosexuales, que, sin dejar de ser hombres biológicamente idénticos a los heterosexuales, presentan maneras diferentes de vivir la masculinidad. Hasta hace algunos años, los medios de comunicación apostaron por un estereotipo, planteando que los homosexuales eran seres extraños o seres “afeminados”, que se visten con colores delicados, su mente es pasiva y su apariencia física es frágil, generando una idea de que no aportan ninguna contribución a la sociedad. A su vez generaron la idea de personas que se dedican a der decoradores, meseros, peluqueros de señoras, maquillistas, actividades relacionadas con el arte.  con preferencia de vestir prendas femeninas, en fin, algunos dirían como una especie de Patiño. Hoy en día se sabe que muchos homosexuales tienen un comportamiento tan “heterosexual “y se les encuentra en todas las profesiones imaginables, incluso el cuerpo médico, clero y ejercito. política, deportes,.Grandes artistas, cientificos, pensadores, lideres, en la historia fueron homosexuales o lesbianas a quienes se les debe una contribución significativa a la sociedad, por ejemplo, escritores como Óscar Wilde, Federico García Lorca,………………. , tchaikovsky, rimbaud,

Marina Castañeda menciona que en su experiencia como psicóloga ha constatado que en general los hombres gais están mucho más conscientes de sus emociones, tiene un rango mayor de sentimientos permitidos y están mucha más dispuestos a expresar y a trabajar en su vida afectiva, pero que son tan discriminadores, como cualquier heterosexual

Concluye no existe manera de saber si un niño va a ser homosexual, bisexual, asexual, monje benedictino, abogado, travesti, no hay forma de “prevenir” ni de cambiar uno u otra forma de la sexualidad humana. Lo único que está al alcance de los padres de cualquier niño es darle amor y apoyo incondicional. Sea lo que fuera el futuro adulto en términos de su orientación sexual, siempre será mejor para él haber tenido unos padres cariñosos y solidarios, que unos padres críticos y represivos.

jueves, 17 de junio de 2021

Aprendí a avergonzarme o Hombres necios

 

 No recuerdo en que momento de mi vida leí el soneto de Sor Juana Inés de la Cruz: Hombres necios que acusáis a la mujer y durante años me estuvo dando vueltas en mi cabeza, no sé si esta monja Jerónima fue una de las primeras feministas, sin embargo, escribió este soneto en 1690, un clásico del barroco novohispano, donde plantea que los hombres ocasionan el comportamiento sexual femenino y ellos mismos lo censuran. Es una critica a la postura del hombre ante su actitud hipócrita, egoísta e impulsiva, donde deja claro su desacuerdo, de la desigualdad y la injusticia hacia la discriminación de la mujer.

 

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.

Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?

Mas entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y queja enhorabuena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?

¿Pues para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar
y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.

 

 

Hace una defensa a la mujer en el mundo patriarcal e injusto, muestra los defectos de los hombres, los mismos para calumniarlas. Hace mención a dos figuras de la mitología grecolatina, Lucrecia y Thais, la segunda una cortesana ateniense la alude como símbolo de deshora y falta de moral, y Lucrecia una mujer romana bella y honrada, quien acabo con su propia vida tras ser violada, la coloca como un signo de pureza honestidad. Thais es la mujer que los hombres pretenden como mujer, pero como esposa esta la honestidad de Lucrecia, son de cualidades opuestas pero reiteran la contradicción permanente de los hombres.

Siento que el soneto resume perfectamente este acontecer histórico dónde las mujeres se sienten culpables, preguntándose si ellas hicieron o no algo para provocar un ataque. Tanto las mujeres que han sido violadas u hostigadas llegan a preguntarse si hicieron o no algo para provocar el ataque, así como también,  cuando una mujer sufre un aborto espontaneo, cuando algún chico se masturba frente a ella en el transporte público, cuando es acusada de darle pecho a su crio en la calle, cuando se pone ropa ajustada, mujeres que ocultan sus senos ante la mirada de otros.

En la historia de la humanidad se crearon una jerarquía de leyes y normas de conducta con el fin de establecer una convivencia entre las personas, pero cuando estas normas no se cumplen el remedio es culpar y/o castigar, por lo que “el origen de la culpa es social, aunque la experiencia de la culpa sea personal”, Carlos castilla

El sentimiento de culpa esta determinado por factores familiares, sociales, culturales, religiosos y personales, sentimos culpa ante muy diversas situaciones y hay infinitas razones por las que a veces nos sentimos culpables.

 Actualmente, este concepto es una problemática central del sujeto, ya que la culpa no solo tiene que ver con las acciones del sujeto, sino también con los pensamientos, es decir con las fantasías de realizarlas. Es aquí lo interesante, porque todo análisis se basa no en la exoneración de la culpa de lo cometido, sino en la posibilidad de la verbalización de lo inconfesable.

 La culpa llega a robarnos el sosiego y la felicidad, es un sentimiento agrio y punzante que nos produce una intensa sensación de malestar, se dice que es un arma de dos filos, como un sentimiento positivo, es para darnos cuenta de que alguna acción que hicimos no fue de acuerdo a nuestra ética moral y poder enmendarla, en este sentido, es como un barómetro que nos ayuda a controlar nuestros impulsos, a ser más delicados con los demás y nos induce a subsanar los daños producidos por otros. Sin embargo, como un sentimiento negativo a veces nos zarandea y domina por completo el pensamiento, hasta destruir cualquier resquicio de tranquilidad interior o hasta hacernos sentir que perdemos la cordura, ya que este sentimiento no sólo es capaz de manipular y controlar nuestras acciones y pensamientos, sino que puede lograr que uno vaya en contra de su voluntad, metafóricamente hablando, puede ser como una costra que tiene varias capas que necesitan ser sanadas para seguir con nuestra vida, pues nos puede conducir al autocastigo. Y es que su base es el sentimiento de la vergüenza, nos sentimos apenados por algo que hemos dicho o hecho. cuando no podemos controlar nuestra conducta y reaccionamos de forma agresiva y sentimos ira, o cuando actuamos de forma perversa o con dolo.

 El concepto de culpa, en el ámbito jurídico, se define como la omisión de la conducta debida para prever o evitar el daño; se manifiesta por la imprudencia: que es la inexcusable negligencia con olvido de las precauciones que la prudencia vulgar aconseja. Ante estas ideas, nos aparece la culpa, al sentir que no fuimos lo “suficientemente precavidos” ante una situación, dejar de cumplir un acto que el deber funcional exige o bien por la falta de pericia, sabiduría, practica, experiencia y habilidad en una tarea específica. Situaciones que por el simple hecho de desconocer o no tener una habilidad, no deberíamos sentirnos culpables.   

  Dentro del Derecho se menciona otro termino llamado “dolo”, el cual es la voluntad deliberada de cometer un delito a sabiendas de su ilicitud, es decir, que implica la voluntad maliciosa de engañar a alguien o de incumplir una obligación contraída. En este sentido, la culpa debe surgir cuando hacemos daño a alguien y estamos conscientes de ello, puesto que muchas veces llegamos a decir algo y eso puede ofender al otro, pero no se tuvo la intención de hacer daño.

  A veces se siente la culpa por algo que no hicimos, pero creemos que tuvo que ver con nuestro comportamiento o nuestro pensamiento, es una culpa que tiene que ver mas con un carácter social e histórico, con una culpa históricamente asociada a la mujer que tiene que ver con el sentimiento de vergüenza,

 Desde hace cientos de años, la mujer ha sido vista en varias culturas como un ser culpable, es especial, el judaísmo, cristianismo y el islam, en ellas se ha tenido un fuerte rechazo a las mujeres por considerarlas criaturas impuras y pecadoras, que han sido enviadas por demonios para extraviar a los hombres, ser la tentadora, la que destapo todos los males, con el concepto de que son ellas los impedimentos de la virtud y quienes conducen hacia todos los vicios, la impiedad y la ruina y que en el fondo les produce un profundo sentimiento de vergüenza y pudor, (prueba de ello, ha sido que fueron obligadas  a cubrir su rostro y/o cuerpo).

 En el génesis a la mujer se le pone como aquel ser que incita a Adán a desobedecer a Dios. En las cartas del apóstol San Pablo se dieron a entender las características de la buena esposa. En ellas se recomienda que sea sumisa, porque el marido es la cabeza de la mujer, como Cristo lo es de la iglesia. (Ef5:239. En la Epístola a Timoteo establece que las mujeres deben vestirse decorosamente, con pudor y modestia, recomienda que la mujer no domine al hombre y se mantenga en silencio, puesto que se le debe obediencia y respeto a este, ya que Adán fue formado primero y la mujer fue quien incurrió en el pecado (1tim 2:15). Se puede apreciar como de aquí se desprendieron una serie de consecuencias para la imagen de la mujer, como la de ser culpable, débil, frívola y más tarde, emparentada al mal, asociada con los demonios y la brujería.

Muchos mitos sobre mujeres fantásticas como las sirenas son seres mitad animal y mitad mujer, por ejemplo; en el rey Lear de Shakespeare las describe: “De cintura para abajo son centauros, aunque sean mujeres por arriba. Hasta el talle gobiernan los dioses; hacia abajo, los demonios. Ahí está el infierno, las tinieblas, el pozo sulfúreo, ardiendo, quemando; peste, podredumbre.

En la actualidad sabemos que las brujas fueron mujeres que planteaban un desafío a la estructura de poder y eran conocedoras de herbolaria. Sin embargo, en la historia de la psiquiatría de F.G. Alexander cita que “las brujas acusadas aliviaban su culpa confesando sus fantasías sexuales en la audiencia pública; al mismo tiempo, alcanzaba cierta gratificación erótica al detenerse en todos los detalles ante sus acusadores masculinos”.

Hasta hace poco las leyes seguían culpando a la mujer violada o con hostigamiento, también lo podemos apreciar que hasta otras mujeres las juzgan como provocadoras, ya sea por como se visten, por su caminar, por andar solas en las calles, por no tener un hombre que las proteja, sin pensar que ellas mismas podrían ser parte de ello.

Y es que las mujeres desde niñas se les va fomentando un sentimiento de culpa, por lo que hacen, por lo que no hacen, por lo que piensan, sienten o dejan de sentir,  por gozar de su sexualidad. Reclamando el derecho de poder vestirse como quieran y no sentirse culpables de ello, si se arregla mucho,  se interpretara como que busca seducir, si no se maquilla, es que no cuida su apariencia. Si usa falda corta o larga de cualquier modo tendrá connotaciones sexuales.  De sentirse culpables por ser las provocadoras, cuando en realidad, ellas no lo hacen con dolo.  Existe una doble moral que siempre pone en desventaja a las mujeres, donde se establecen valores antagónicos para ambos sexos, en ellos se valoriza la “promiscuidad” y en ellas la castidad, esta diferencia al contraponer intereses conduce a un conflicto. Un hombre que acumula “conquistas” es admirado, mientras que si una mujer hace los mismo afectará su reputación.

 

 

 Me enseñaron a avergonzarme de mi cuerpo, de mis actos, de mis pensamientos, que lo que pienso es absurdo, aprendí a preguntarle a la vergüenza cómo vestirme, sí ponerme faldas, de ir a la playa, de comer o llorar en la calle, de ir sin sujetador, de salir con o sin maquillaje, no vaya a ser que alguien pensara que voy buscando gustar, destacar. Anónimo.

miércoles, 2 de junio de 2021

Algunos mitos alrededor de la sexualidad masculina.

 Siempre existe una educación sexual que puede provenir de distintas fuentes de información, pero muchas veces repite y propaga ideas erróneas, que a la vez son más persistentes e imperceptibles ya que ello se da cotidianamente, como son las charlas con la familia o los amigos, o bien, la que los medios masivos de comunicación nos transmiten día con día a través de comerciales, series o películas.

 

A esta educación todos hemos estado expuestos y aún más, también solemos ser  educadores sexuales, y entre broma y broma vamos transmitiendo ideas equivocadas o comentarios que hemos escuchado decir a otros, pero no estamos seguros y mucho menos tenemos evidencia y argumentos para probar que son ciertos.

 

Esto sin embargo, no es nuevo, la sociedad victoriana impuso muchas restricciones en cuanto a la sexualidad tales como que los hombres debían de casarse después de los 30 años y el sexo se desaconsejaba después de los 50 y todo con la finalidad que los hombres destinaran toda su fuerza en la produccion. El coito debería ser rápido, el orgasmo de la mujer no tenía importancia, pues eran frígidas.  Los médicos prescribían a los novios que no se hablara de sexo y convirtieron las poluciones nocturnas, la masturbación y el “furor uterino” en terribles enfermedades.

 

La arbitrariedad y exceso de dichos prejuicios y represiones, van de la mano de la doble moral, y ello tampoco es nuevo, puesto que en la época victoriana, en Londres en 1859 existían 933 prostíbulos, sin contar con las trabajadoras sexuales callejeras, los establecimientos destinados a prácticas sexuales de flagelación masculina y otros especializados en la prostitución infantil, tal como lo menciona Foucault el sexo placentero queda reservado a la marginalidad, a lo que se agrega que para ello se crean diversos mecanismos de control social.

 

De ese entramado también se generó la idea imperante de que los hombres no deben de mostrar sus sentimientos ante las mujeres y otros hombres, pues pueden llegar a mostrarse y ser “vulnerables”. Recuerdo un relato de un varon que cuenta sobre su primera experiencia sexual. “ A los 13 años, su tío lo llevo con una mujer mayor, alrededor de los 30, para hacerlo “debutar” como hombre, era su regalo de cumpleaños. Al regresar a su casa se puso a llorar,  sin embargo, a sus amigos no les pudo contar lo mal que la había pasado, ya que al intentar contarles, ellos más bien lo vieron con admiración por ser “todo un hombre que ya había poseído a una mujer” y ahora pertenecía a ese grupo de poder, “no quise arruinar ese reconocimiento”, pero, ese silencio esconde un dolor que dicha persona revela que lo ha acompañado una buena parte de su vida. Los hombres no nombramos nuestras heridas sexuales, ni las que causamos. Nuestra sexualidad está llena de silencios y frustraciones, escondidos detrás de la pose de macho exitoso y no mencionarlos en realidad no los desvanece.

 

Algunos varones piensan que no son los bastante competentes y eficientes si no han dominado y ejercido todas las posiciones sexuales que aparecen en libros, carteles o camisetas,  donde se describen “365 posiciones, una para cada día del año”, y que se anuncian para hacer el amor de manera no convencional, pero que más bien nos llenan de dudas, sin pensar que para muchas de ellas se necesitaría ser todo un acróbata, ya que muchas de ellas son un verdadero desafío a las posibilidades del cuerpo humano y por lo menos implica tener una elasticidad superlativa.

 

Es por eso que en cuanto a la cuestión de la genitalidad, existe una gran preocupación en algunos varones por el tamaño de su miembro viril, (idea que viene desde tiempos ancestrales), el miedo a la disfunción eréctil o a la temida eyaculación precoz, incluso existen también hombres que sufren de pérdida del deseo sexual. Un síntoma de eso es el consumo masivo de los innumerables afrodisiacos y el éxito de ventas de productos para este la falta de erección, como lo ha sido el viagra.

 

Sin duda alguna estos diagnósticos pueden ser  elementos descalificativos y no solo entre hombres, sino también son motivo de burla por parte ellas para llegar a minimizarlos. Actualmente se han escrito numerosas canciones o chistes, en los que se burlan de los hombres por cuestiones sexuales, y por eso es que la sexualidad del varón tiene mucho que ver con el no mostrar sus dificultades genitales con las mujeres, pues, es valorada su hombría dependiendo su desempeño sexual, más aún, la sexualidad y el cuerpo de los hombres está vedado en muchas expresiones y paracen ser sagrados, es comun ver cómo se cosifica a las mujeres, pero, por ejemplo, el desnudo masculino sigue siendo un tema tabú, tanto que el relajamiento que ha llegado a suceder, como los shows de chipeandales, o la filtración y publicación de fotos de varones famosos exhibiendo sus genitales, constituyen un verdadero escándalo y motivo de escarnio social.

 

Ese velo de misterio y de prohibición es propicio para la prevalencia de muchas creencias que son falsas, como por ejemplo, la pornografía ha generado la idea de que el pene promedio es de 25cm., cuando la realidad es que sea de 13 a 16 cm., y que con una longitud de  5 cm. sea suficiente para alcanzar el Punto G o bien estimular la vagina, toda vez que esta sólo tiene sensibilidad en los primeros 5 a 7 cm., en realidad, existen un sinfín de tipos de penes, así como de vulvas, que se podría decir que cada uno es único. Por lo tanto, el tamaño no tiene prácticamente ninguna influencia sobre el rendimiento y el placer sexual, y aunque muchos hombres asocien el tamaño con fuerza y virilidad, realmente entre más grande es más difícil resulta ser sostener una erección por más tiempo.  También, existen casos de micro pene, de un miembro pequeño y se cree que esto es un problema, un defecto, que depende de trastornos hormonales en la pubertad, como déficit de testosterona, sin embargo, esa apreciación no siempre ha sido así, en la antigüedad clásica, el ideal de cuerpo masculino conllevaba genitales de tamaño que ahora parece minúsculo, pero ese testimonio quedó en sendas estatuas de mármol. También, está presente la idea que un varón puede eyacular varias veces seguidas o grandes cantidades de semen, como lo muestran las peliculas XXX, lo cual fisiológicamente si es inusual.

 

Detrás de todos estos cuentos, está presente un miedo latente en la sociedad y en especial entre los hombres de ser catalogado como homosexual o afemindado, un claro ejemplo son los “albures” mexicanos, los cuales son un juego de palabras en el que pierde pasa hacer las veces de parte receptiva en el coito sexual, en una especie de sometimiento sexual simbólico. Esa misma preocupación para algunos está en su sensibilidad de los pezones, donde pueden sentir mucho placer, pero consideran que esas sensaciones están destinadas a las mujeres, pues suponen que les restaría parte de su dignidad de varón.

 

Una situación más que sucede por el oscurantismo que comentamos, es cuando no se efectúa una buena limpieza del pene, y se puede formar una sustancia blanquecina con un olor característico, llamada esmegma, que es de apariencia similar al queso. Esto se debe a que, por detrás del glande, está una glándula sebácea cuya secreción, mezclada con las células descamadas de la corona que se adhiere al prepucio, puede ocasionar olores fétidos, muchos hombres por desconocimiento y falta de limpieza sufren de irritaciones e incluso infecciones que llegan a transmitir a su pareja.

 

Otros miedos alrededor del pene es la circuncisión, que es la extirpación del prepucio, la cual en diversas partes del mundo y en distintas épocas de la historia ha tenido un significado religioso o cultural. Hasta la fecha, no hay ninguna evidencia que esta produzca un trastorno sexual o que cure alguna disfunción.

 

También existe el pene cautivo, es posible que hayas escuchado o visto en alguna película que durante el acto sexual, la pareja quede atrapada y que tengan que tener una intervención quirúrgica para liberarlos. En realidad, es un mito, ya que los órganos sexuales al cabo de un tiempo siempre vuelven a la flacidez.

 

En la actualidad un gran número de hombres sufren de miedos que le impiden disfrutar de los beneficios del sexo, por lo cual es importante que ellos eliminen esos fantasmas en su sexualidad para que pueda vivirla y disfrutarla, dentro de la honestidad, la confianza, el compartir y poder vivir la atracción y la reciprocidad sentimental para tener un mejor vínculo amoroso. Y es que, a pesar que estamos en otro siglo, las cosas no han cambiado mucho.

 

Es importante que se tenga un enfoque positivo respecto al sexo y la sexualidad en el sentido que este sea placentero y recreativo.