Algunas personas de la tercera edad les molesta que las
hagan sentir inútiles, aunque ellas empiezan a sentir que hay algunas perdidas
de sus capacidades intelectuales y motoras, como la perdida dela visión, la
audición o disminuir su fuerza física y que sus articulaciones no son como las
de antes pues les es doloroso moverse con rapidez, incluso sentarse, esto las
hace sentir avergonzadas y desvalorizadas. Por ejemplo, cuando se llegan a
caer, los hijos y los profesionales de la salud, les restringen las salidas por
miedo a que puedan tener otra caída y esta ser más grave, si bien es cierto,
que esto les pueda suceder, ya que algunas sufren de osteoporosis, eso no significa que tengan más
accidentes que un niño, pues a partir de ahí tratan de hacer las cosas con más calma para
no tener accidentes. Sienten que ya no les toman en cuenta para las decisiones
familiares, ni incluso en sus deseos o necesidades.
Les molesta que los médicos les resten importancia a sus
malestares, incluso la manera en que son atendidas. Plantean que por ser
“viejas” no existe algún remedio que les aminore el dolor, o bien les piden ir acompañados de un familiar cuando
ellas todavía se sienten bien para hacer su vida cotidiana.
Consideran que los ancianos deben ser cuidados por la
familia, así como ellas fueron cuidadas por sus padres, piensan que es una oportunidad
para devolver los cuidados y el amor que les dieron de niñas. Y así como
adaptaron la casa para cuidar de sus bebés, bloqueando tomas de luz y poniendo
corralitos, ahora tal vez sea necesario cambiar la distribución de los muebles para
nuestros padres, como poner barras en el cuarto de baño y en la regadera, pues
han oído mencionar que a los ancianos les da miedo bañarse y creen que es
porque tienen miedo de resbalarse o enfermarse.
Consideran que es injusto que los demás hermanos no quieran
cooperar con los cuidados de los padres. Aunque socialmente se considera que es
una actividad que le corresponde a las mujeres, pues a veces tienen que cuidar
a la suegra. Los hermanos ponen de pretexto que ellos se hacen cargo de su
propia familia o que viven muy retirados. En algunos casos, si bien les va,
solo aportan dinero, suponen que con eso es suficiente su ayuda. En el peor de
los casos, los hijos se aprovechan de los recursos económicos de los padres. También
se quejan que las madres prefieran ser cuidadas por sus hijos varones, aun y
cuando estos realmente ni se preocupan por ellas. Esto para ellas es un motivo
de discusiones y enojos y las hacen sentir devaluadas.
De esta forma, los demás hermanos no ponen en peligro su
nivel de bienestar social y así eluden lidiar con el carácter de los padres, que en
algunos casos al estar encerrados o encamados, se sienten un estorbo se tornan huraños y hasta groseros.
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