sábado, 2 de abril de 2016

¿LO VIEJO NO SIRVE ?

En sociedades primitivas, las personas mayores que sobreviven, son individuos fuertes y su función es la transmisión de conocimientos debido a su experiencia acumulada, en sociedades más complejas, los ancianos tienen mayor jerarquía, por su poder económico, tienen propiedades y son los depositarios de las tradiciones, pero conforme avanza el progreso, los ancianos viven solos en sus propios hogares y a veces reciben ayuda de sus descendientes mientras no pongan en peligro su nivel de bienestar social, a veces se olvidan de ellos y cuando los ancianos no pueden valerse por sí mismos, difícilmente es aceptado por algún miembro de la familia en su hogar.
Con el desarrollo de la industrialización, los valores cambiaron de sentido y quedo fuera de si toda actividad que no fuese utilitaria, consolidando que todo lo útil, práctico y moderno se considerara como lo mejor, lo viejo pasó a segundo término. Ante este marco hemos generado estereotipos sobre la vejez, al concebirla como etapa cargada de achaques físicos, con abundancia de enfermedades y trastornos psicofisiológicos y, desde la perspectiva de la cercanía de la muerte.
Sin embargo, la vejez es la etapa que mayor cantidad de variaciones de personalidades individuales presenta, pues existen tantas maneras de ser viejos como veteranos hay. Es frecuente encontrar personas mayores creativas, activas y bien adaptadas, es decir, integras tanto físicamente como psíquicamente.
La negación de posibilidades en la tercera edad se debe a nuestros mitos y creencias sociales al considerar los años vividos damos por asentado el envejecimiento.
Se piensa que los ancianos deben estar exentos de actividades y responsabilidades. Pero es todo lo contrario: hacer cosas los hace sentirse útiles, y eso los ayuda a vivir. Y es una forma también de salud: la motivación de servir para algo o para alguien es un motor muy grande para seguir adelante. El abuelo que cuida a su nieto también tiene un rol sumamente valioso, se siente útil, está ayudando a su hija, a su hijo…puede ser un medio para transmitir juegos y valores.
Se suele creer que los adultos mayores tienen más accidentes que los niños o los jóvenes, sin embargo, se ha demostrado lo contrario las personas mayores, a pesar de ser más vulnerables debido al deterioro de sus capacidades cognitivas, sensoriales y motoras, también son conscientes de ello y por tanto, evitan situaciones que pueden ser de riego y en algunos casos, quieren comprobar que tan capaces son de hacer las cosas que antes realizaban.
Pueden aprender prácticamente igual que una persona joven si se encuentran motivados en la tarea. Únicamente necesitan más tiempo y mayor número de ensayos.

Se debe tener cuidado con los estereotipos porque tanto éstos como los papeles sociales que se le atribuyen a las personas mayores pues determinan el auto concepto, la autoimagen que la persona mayor tiene de sí misma y las expectativas que las personas en general tienen con respecto a la vejez. Una imagen negativa de la vejez, como la que existe en la actualidad, provoca rechazo pero no sólo de la persona mayor sino de la propia vejez lejana o cercana. 

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