“Nadie podría ser feliz sin amigos” Aristóteles
Desde el primer momento
que existe una empatía por una persona y, después de un breve periodo de
convivencia, se da uno cuenta que se tienen algunos sentimientos o intereses en
común hacia la otra persona. A partir de ahí, se puede empezar a sentir una necesidad de conocerse más entre si. Un deseo
mutuo de compañía y probablemente un lazo común de algún tipo. Por ejemplo: el
amor a los animales, a los deportes, a la música, la lectura, etc., tener un
mínimo de sentimientos compartidos son necesarios para iniciar una amistad.
Algunas personas tienen la costumbre de decirle amigos a
todo el mundo, como lo es a la persona que acaba de ser presentada.
Pero la amistad requiere de convivencia y el convivir
requiere tiempo. De esta forma, los miles de amigos que circulan por las redes
sociales no cuentan. Como dice Octavio Paz “El amor nace de un flechazo; la
amistad del intercambio frecuente y prolongado. El amor es instantáneo; la
amistad requiere tiempo”.
Habrá que entender
que hay muchas relaciones humanas muy buenas y muy necesarias pero que no es
amistad, por ejemplo; Las relaciones entre padres e hijos donde no hay una
reciprocidad completa, puesto que el padre siempre proveerá más al hijo y estará
más al pendiente de su vida social. La relación de compañeros que solo
comparten algunos aspectos del trabajo. Está la de cordialidad como la que se
da entre los vecinos; un saludo. La de beneficencia, donde yo ayudo a otros
pero no espero que el otro me lo devuelva, es como dar un servicio social. La
relación contractual, yo pago para que el otro me dé un servicio y que al
término de éste, se acaba la relación. Esta la relación de simpatía, me llama
la atención, me cae bien, pero solo lo he visto un par de veces.
Más allá de esto, la amistad verdadera involucra un
sentimiento compartido de preocupación, un deseo de ver al otro crecer y
desarrollarse, y una esperanza mutua de tener éxito en todos los aspectos de la
vida. También implica acción: Hacer algo diferente para alguien más sin esperar
nada a cambio. Compartir pensamientos y sentimientos sin miedo a ser juzgado o
a ser criticado negativamente.
El tiempo y las circunstancias te muestran a los amigos que
valen la pena conservar en tu vida. Hay
amigos para toda la vida, según qué tan fuerte han sido los lazos de
amistad, que aunque no los frecuentes seguido, tienes la certeza que estarán
cuando los necesites.
Algunos amigos pueden
ya no ser los mismos, si dejamos de verlos durante periodos muy largos, dependiendo
de las experiencias de vida hayan vivido, pues los amigos no son eternos en
esta vida, y que a medida pasa el tiempo muchos de ellos se apartan de nuestro
camino, ya que vamos cambiando al paso del tiempo.
Necesitamos hacer amigos porque somos seres sociales,
requerimos del otro para compartir
nuestros logros, nuestros fracasos, nuestras alegrías, etcetera, sin ellos, estas carecen de sentido, para ser mirados, ser
escuchados o ser queridos. Nuestro primer contacto con el mundo es la familia y
precisamos de ella para sobrevivir, pero
al ir creciendo empezamos a escoger libremente a otras personas que llamaremos
amigos. Muchas veces son ellos, más que
la familia, quienes nos asisten en la
vejez que tarde o temprano nos llegara.
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