La amistad requiere de un cariño reciproco, es decir, que yo
quiera a mi amigo y que él me quiera, pero esto no es algo que
este pactado, sino que se da libremente, no es una relación obligada ni
posesiva, es decir, como no es de mi pertenencia, puede romperse mediante la
separación, aunque esta pueda ser
dolorosa. En esta relación como no hay una obligatoriedad, se tiende a
perdonar, en algunos casos más fácilmente que a una pareja. De esta forma, al amigo
le puedes decir no sé, se me olvido, se me hizo tarde, etcetera., y tal vez no pase
nada, no así con la pareja.
En la amistad debe haber respeto y admiración por el otro,
porque me gusta cómo piensa o por lo que hace. Sin embargo, consideremos que el
amigo no educa, tan solo te puede dar un buen consejo que uno podrá tener el
libre albedrío de seguirlo o no, tampoco te pondrá límites.
En la amistad no hay exclusividad, así que se puede tener
más amigos, pero siempre habrá algún compañero que te la quiera imponer. Es
posible que en una relación entre más de
tres camaradas, por lo menos uno de ellos se sentirá excluido o suponga que los
otros dos se frecuentan más. Entre la
amistad se presenta una codependencia, pero no es toxica, pues hay relaciones toxicas o de dominio, donde no se
quiere el bien del otro. Como los narcisistas que más bien usan a los amigos.
En el momento que dejas de alabarlo te cambia por otro. No solo debe contar lo
que él quiere, sino lo que uno también desea.
Libertad, seguridad, profundidad y liviandad. Es la síntesis
perfecta de opuestos que te hace irreemplazable a los ojos de tus amigos.
Muchos o pocos, no importa, con todos sabes establecer una relación
privilegiada, nunca agobiante. Y con alguno entablas un vínculo más allá del
espacio y del tiempo, los aceptas tal como son, lejos de imposiciones, les
brindas la posibilidad de conocerse a sí mismos, sin miedo a ser juzgados, tu
amistad es de tipo INSUSTITUIBLE
Muchas veces suponemos que los amigos nos defraudan, pero a
veces se crean unas expectativas más altas, esto es, esperamos más de ellos.
Suponemos que les invertimos mucho tiempo o le apostamos a que nos van a
satisfacer todos nuestros vacíos. O bien a veces suponemos que deberíamos o
podríamos hacer más por ellos.
Entre amigos debe haber cierta reciprocidad, aunque no hay
un compromiso que te forcé a ella, yo te
debo dar algo y tú a mí, pero como no está pactado, es muy borroso, los amigos
invitan pero cuando no hay esa reciprocidad se siente uno utilizado. Como cuando lo buscan a uno porque necesitan
algo de ti y después ni un gracias o ¿cómo estás? O bien cuando solo buscan que
los invites y te ven como un banco por la capacidad económica. Lamentablemente
el dinero se ha vinculado a la ruptura de muchas amistades. Ya que el dinero
suele traer las intenciones verdaderas de la gente y las motivaciones,
prestarlo puede probar una amistad verdadera. Fallar a la hora de devolverlo a
tiempo puede ser una indicación de una amistad en la que no se puede confiar.
Un verdadero amigo respetará tu derecho a ser pagado tan pronto como sea capaz
de hacerlo. No deberías tener que enviarle recordatorios o pedirles que te
paguen el dinero.
Con las amistades se quiere platicar, comentar nuestros
sueños, nuestras aspiraciones o tan solo para decir el dolor que nos produce lo
que a veces no tiene remedio como la muerte. Decirle que los queremos que los
amamos. El amigo es una escucha distinta
a la de los padres o hermanos que se puedan escandalizar de tus actos o ideas,
pero el amigo estará ahí presente, es incondicional. A veces nos acompañan sin
necesidad de hablar.
Se dice que a la gente madura, generalmente ya no le interesa
seguir buscando o hacer nuevas amistades, ya no quiere repetir sus experiencias
o sentirse defraudado. Pero necesitamos amigos, para tal vez prevenir la
soledad que en la vejez nos alcanzara a todos. Pues algunas veces son los
amigos los que nos cuidan en la vejez o cuando estamos enfermos, más que
nuestra propia familia, por eso se dice que los amigos son la familia que uno
escoge.
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