Las condiciones de vida en la antigüedad hacían que los seres
humanos tuvieran que casarse para tener el “complemento” en cuanto a las
cuestiones básicas de subsistencia, como eran la alimentación, el aseo
personal, la agricultura, la producción de artículos, de ropa, etcetera, por lo
cual, el concepto de soltería era algo impensable. Es por eso que las viudas eran
repudiadas por la sociedad, ya que en las familias en que el marido era el
único proveedor, la viudez podía hundir a los parientes en la pobreza. Las viudas y huérfanos se mantenían de las
limosnas. Y no era fácil que las viudas se pudieran volver a casar, ya que los
varones generalmente contraían matrimonio con féminas más jóvenes que ellos, empeorando
la situación de ellas.
La tendencia era casar a los hijos para afianzar economías, ya
Federico Engels mencionó que la familia monógama surgió como una necesidad para la acumulación
de capital en una esfera pequeña dentro de un régimen social, donde el amor no
importaba, pues eran los padres quienes concertaban las bodas de sus hijos, un
ejemplo de ello, es que en la actualidad se siguen usando las famosas dotes. La
dote es el patrimonio que la futura esposa o su familia entregan al novio,
siendo en muchos casos proporcional al estatus social del futuro esposo. Esta se
otorga al hombre quien la administra durante la duración del matrimonio. Como
el equivalente a este, todavía en algunas regiones de Europa se ha conservado
la tradición del ajuar, que antiguamente
consistía en el conjunto de enseres, muebles y ropas aportados por la familia
de la novia.
En los círculos cristianos, donde el núcleo familiar se suele
aceptar como el ideal; los padres tienden
a preocuparse para buscar un buen
compañero o compañera para sus hijos, y donde se enseña con frecuencia de una
manera tácita que todas las personas normales y bien adaptadas a la vida se
casan. Los solteros son considerados
como incompletos o personas sin realizar. Todavía podemos encontrar la pregunta
inquisidora de la familia y ¿tú para cuando te casas?. Y hasta hace
algunos años a los jóvenes se les exigía que para salirse de casa tendrían que
casarse por el acto religioso y lo civil.
Las opciones eran: que
la gente se casara para salirse de su casa, para no convertirse en una
solterona, en una quedada. Para otras, la meta era tener una pareja, sin
importar que las tratase mal y las
hiciera sentir menospreciadas. Hasta hace algunos años las personas solteras
eran mal vistas, generalmente se les
asociaba con la homosexualidad. Muchas mujeres casadas no se quieren divorciar
porque piensan que esa opción es un fracaso en su vida o en otros casos para
que sus hijos tengan la “figura paterna”.
Hoy en la actualidad hay jóvenes que siguen solteros y solteras
y no forzosamente piensan que para ser felices se necesita tener una pareja. Ya no se concibe que una
mujer soltera pueda ser una amargada. Muchos de estos jóvenes solteros viven y
suelen ser mantenidos por los padres.
Al presente tanto hombres como mujeres pueden conocer a
través del internet a otros y tener citas, aunque habrá algunas desastrosas,
pero que luego se convertirán en chistosas anécdotas. De esta forma se ha
presentado más lo que se llama la “coquetería”, el seducir sin llegar a nada o
bien el famoso “ligue” que podríamos llamarlo el amor de una noche, donde puede
abarcar besos, caricias incluso una relación sexual después de una noche de
copas y que al día siguiente hacen como que ni se acuerdan.
Existe un nuevo término “amigovios” donde la amistad representa un valor superior
en los jóvenes y pueden tener relaciones sexuales sin el compromiso del
noviazgo.
Hoy por hoy, los
matrimonios por conveniencia van perdiendo importancia pues ya la dote y el
patrimonio no interesan y se van perdiendo por las crisis económicas y las
parejas trabajan y viven de sus salarios.
En el caso de la gente adulta no escoge la pareja por
pasión, sino por compatibilidad, por compañerismo, muchas de las veces cada uno
vive en su casa y en ocasiones comparten
la cama o algún hotel.
Es importante entender que las parejas permanecerán juntas
mientras dure el amor y que ya no se debe considerar un fracaso la separación
por desenamoramiento. Que el vínculo sea
válido mientas sean felices. Algunos jóvenes piensan que: es más inmoral vivir
juntos sin amor que separarse en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario