martes, 29 de marzo de 2016

IR AL PSICÓLOGO NO ES DE LOCOS.

Es curioso que cuando una persona decide ir con un psicólogo, la gente que tiene alrededor le dice “¿a qué vas? Si no estás  loco. O bien cuando se le recomienda ir al psicólogo las personas piensan “YO NO ESTOY LOC@”, Y a manera de observación les digo que no existe un diagnóstico  como LOCO(A). Sin embargo, esa palabra la utilizamos coloquialmente para describir a las personas cuyas conductas no somos capaces de comprender, suponemos que el resto de la población debe de actuar, sentir y pensar de la misma forma que uno mismo lo hace. También la utilizamos  cuando los otros osan hacer lo que uno no se atrevería a realizar.
Algunas personas llegan a mencionar que “tan solo están pasando por un mal momento”, y efectivamente están pasando por un periodo difícil que les causa estrés, y si éste  se intensifica puede causar daños a su salud. Es en esos lapsos de la vida cuando se necesita de ayuda. La función del psicólogo es acompañar a la persona a encontrar su propia respuesta y que se reconforte a sí mismo para que aprenda a enfrentarse a situaciones extremas. Aunque algunas personas, en algunos casos desean saber si están en lo correcto o no. Todos somos seres humanos que en nuestra vivencia diaria pasamos por situaciones límite y en esos instantes requerimos de alguien que nos apoye para superar lo mejor posible, ya que hasta este momento no se ha podido sentir bien con su forma de proceder.
De esta manera,  cuando no distinguimos la B de la D, vamos al oculista. Si nos duele la espalda, acudimos al fisioterapeuta. Llevamos a los niños al pediatra, al dentista para que nos atienda la boca... ¿Pero a quién acudimos cuando la vida nos supera, o no sabemos cómo afrontar ciertos problemas? Y es que una de las funciones del psicólogo es ayudarnos a comprender lo que nos está pasando. Considero que la persona que está consciente que tiene problemas es la que va y busca ayuda de un psicólogo o psicóloga y no aquel que esta “loc@”.
 Hace años que el psicólogo ha dejado de ser algo para la “gente que no está bien de la cabeza” y mucha gente piensa que todos los psicólogos tienen su diván y el paciente se pone hablar y hablar de su niñez, otros suponen que el psicólogo tiene todas las respuestas y nos dará el consejo acertado para resolver todos nuestros problemas, tan solo hay que seguir sus órdenes.  Pero no todos los psicólogos trabajan de igual forma, todo dependerá de la escuela psicológica de donde procedan.
Algunas personas tienen la idea que los psicólogos están “loc@s”,  pero esto es  como decir que los doctores se vuelven enfermos, los ingenieros no dejan de hacer ecuaciones, el médico forense se vuelve cadáver, etc.
Termino con esta reflexión que encontré:
Yo prefiero a los locos, los sensibles, los ingenuos, los soñadores, los ilusos.
Yo me quedo con los rotos, los heridos de amor, los que sangran melodías, los que lloran poesía, los que pintan sonrisas, los que todavía creen en utopías.
Me quedo con aquellos que se atreven a seguir soñando, propagando la esperanza e invitando a enamorarse.

Yo me quedo con ellos,  los que no se doblegan ante la frivolidad y la apatía, con los que se sienten y vibran, con los que aman todavía. ANONIMO.

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