Es curioso que cuando una persona
decide ir con un psicólogo, la gente que tiene alrededor le dice “¿a qué vas?
Si no estás loco. O bien cuando se le
recomienda ir al psicólogo las personas piensan “YO NO ESTOY LOC@”, Y a manera
de observación les digo que no existe un diagnóstico como LOCO(A). Sin embargo, esa palabra la
utilizamos coloquialmente para describir a las personas cuyas conductas no
somos capaces de comprender, suponemos que el resto de la población debe de
actuar, sentir y pensar de la misma forma que uno mismo lo hace. También la
utilizamos cuando los otros osan hacer
lo que uno no se atrevería a realizar.
Algunas personas llegan a
mencionar que “tan solo están pasando por un mal momento”, y efectivamente
están pasando por un periodo difícil que les causa estrés, y si éste se intensifica puede causar daños a su salud.
Es en esos lapsos de la vida cuando se necesita de ayuda. La función del
psicólogo es acompañar a la persona a encontrar su propia respuesta y que se
reconforte a sí mismo para que aprenda a enfrentarse a situaciones extremas.
Aunque algunas personas, en algunos casos desean saber si están en lo correcto
o no. Todos somos seres humanos que en nuestra vivencia diaria pasamos por
situaciones límite y en esos instantes requerimos de alguien que nos apoye para
superar lo mejor posible, ya que hasta este momento no se ha podido sentir bien
con su forma de proceder.
De esta manera, cuando no distinguimos la B de la D, vamos al oculista.
Si nos duele la espalda, acudimos al fisioterapeuta. Llevamos a los niños al
pediatra, al dentista para que nos atienda la boca... ¿Pero a quién acudimos
cuando la vida nos supera, o no sabemos cómo afrontar ciertos problemas? Y es
que una de las funciones del psicólogo es ayudarnos a comprender lo que nos
está pasando. Considero que la persona que está consciente que tiene problemas
es la que va y busca ayuda de un psicólogo o psicóloga y no aquel que esta
“loc@”.
Hace años que el psicólogo ha dejado de ser
algo para la “gente que no está bien de la cabeza” y mucha gente piensa que
todos los psicólogos tienen su diván y el paciente se pone hablar y hablar de
su niñez, otros suponen que el psicólogo tiene todas las respuestas y nos dará
el consejo acertado para resolver todos nuestros problemas, tan solo hay que
seguir sus órdenes. Pero no todos los
psicólogos trabajan de igual forma, todo dependerá de la escuela psicológica de
donde procedan.
Algunas personas tienen la idea
que los psicólogos están “loc@s”, pero esto
es como decir que los doctores se
vuelven enfermos, los ingenieros no dejan de hacer ecuaciones, el médico
forense se vuelve cadáver, etc.
Termino con esta reflexión que
encontré:
Yo prefiero a los locos, los
sensibles, los ingenuos, los soñadores, los ilusos.
Yo me quedo con los rotos, los
heridos de amor, los que sangran melodías, los que lloran poesía, los que
pintan sonrisas, los que todavía creen en utopías.
Me quedo con aquellos que se
atreven a seguir soñando, propagando la esperanza e invitando a enamorarse.
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