lunes, 7 de marzo de 2016

CONFLICTO ENTRE GENERACIONES

Muchos adultos mayores se quejan diciendo que “todo tiempo pasado fue mejor”,  que las nuevas generaciones son muy groseras, que las jovencitas actuales son menos recatadas que lo que ellas fueron, cada día se exhiben más.
 Ante lo cual les cito las siguientes frases:
1.-Nuestra juventud gusta del lujo y es maleducada, no hace caso a las autoridades y no tiene el mayor respeto por los mayores de edad. Nuestros hijos hoy son unos verdaderos tiranos. No se ponen de pie cuando una persona anciana entra. Responden a sus padres y son simplemente malos.
2.-Ya no tengo ninguna esperanza en el futuro de nuestro país si la juventud de hoy toma mañana el poder. Porque esta juventud es insoportable, desenfrenada y simplemente horrible.
3.-Nuestro mundo llegó a su punto crítico. Los hijos ya no escuchan a sus padres. El fin del mundo no puede estar muy lejos.
4.- Esta juventud esta malograda hasta el fondo del corazón. Los jóvenes son malhechores y ociosos. Ellos jamás serán como la juventud de antes. La juventud de hoy no será capaz de mantener nuestra cultura.
5.- ¿A quién hablaré hoy? Los hermanos son malos. No es posible querer a los amigos de hoy. ¿A quién hablaré hoy? Reina la avaricia. Todos se apropian de los bienes ajenos. ¿A quién hablaré hoy? El desgraciado se consuela con el desgraciado, porque el hermano se ha convertido en enemigo. ¿A quién hablaré hoy? No hay en quien confiar. Y los amigos nos tratan como desconocidos. ¿A quién hablaré hoy? El pecado, la plaga del país, no tiene fin.
La primera es cita de Sócrates (470-399 A.C.), la segunda es de  Hesíodo 720 A.C., la tercera de un sacerdote 2000 años A.C., la cuarta fue encontrada en una vasija 4000 años en la antigua Babilonia y la ultima es un poema egipcio del siglo VII A.C.
Podemos pensar que el problema entre generaciones no es algo nuevo, puesto que desde tiempos muy remotos se han quejado de lo mal que están los jóvenes.
Y es que ser joven es sinónimo de transformaciones. La adolescencia es un periodo de cambios físicos, hormonales, sociales y psicológicos, se trata de un proceso de autoafirmación, que suele aparecer rodeado de conflictos y resistencias, en los cuales el púber busca alcanzar su independencia. De la manera en que enfrente este periodo dependerá su autonomía y parte de su personalidad. Como padres debemos recordar nuestra adolescencia y nuestra necesidad de ser autónomos, esa búsqueda de diferenciarnos de nuestros padres. Debemos tener presente como nos hubiese gustado que nuestros padres nos hubieran tratado, pero sin olvidar nuestra experiencia obtenida. Seguramente nuestros padres pensaron lo mismo de nuestra juventud.

Ya lo dijo Salvador Allende “Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción”.
                                                                                                  


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