¿Algunas mujeres me han preguntado porque los
hombres se duermen después del coito?
La mujer después
de alcanzar un orgasmo, si es estimulada puede volver a obtener otros, el hombre
después de alcanzarlo entra en un periodo de receso que se conoce como Periodo
Refractario, es una fase de no respuesta, de recuperación del esfuerzo
realizado y que puede durar desde minutos hasta varias horas o días, sin
importar lo variado o intenso que pudo haber sido el juego erótico, pues tras
la eyaculación actúan varías hormonas, entre ellas la prostaglandina, que
impide al varón responder a un nuevo estímulo erótico. En cambio, para la mujer
este periodo es tan breve que en segundos puede estar lista para un nuevo
encuentro sexual. El hombre puede tener al menos un orgasmo al día y hasta
pudiera ser todos los días, en cambio la
mujer por su capacidad multiorgasmica
puede quedar satisfecha por varios días.
En La década
de 1960, Masters y Johnson investigaron el orgasmo humano y crearon el término del ciclo de la
respuesta sexual humana. Lo que encontraron es que la respuesta sexual comienza
con la excitación donde se produce una vasocongestión del área pélvica. En los hombres se registra como
erección del pene y en las mujeres como lubricación vaginal, hay cambios en los
labios mayores y menores, el clítoris muestra un aumento de tamaño. Tanto en
varones como en mujeres se presenta una erección en las tetillas, pero algunos
hombres sienten pena o suponen que “no es de hombres” el sentir placer cuando
su compañera sexual les acaricia sus pechos y juega con sus pezones, sin
embargo, al igual que los senos de la
mujer, que fueron moldeados para ser acariciados, los de ellos son también
fuente inagotable de placer porque están llenos de vasos sanguíneos y
terminaciones nerviosas que los hacen muy sensibles al tacto. Esto es lo que
nos sucede cuando estamos en lo que conocemos como “faje”. En este momento si
somos interrumpidos, no pasa nada y todo
puede llegar fácilmente al estado inicial.
Si la
estimulación continua, se pasa al siguiente periodo llamado Meseta, este
periodo puede ser tan duradero según lo desee la pareja, pueden extenderse en
el juego erótico y disfrutarlo. Va subiendo la temperatura corporal, la
respiración se hace más rápida, la acumulación de la tensión va subiendo y el
flujo de la sangre aumenta en los genitales hasta un máximo. Durante estas
fases la pareja puede jugar, puede pasar de los besos y abrazos, podemos
extendernos o acortar tiempo antes de llegar al orgasmo. En este periodo si hay
una interrupción, todo puede volver a la
fase de inicio.
Una vez pasado
las fases de excitación y meseta, se llega el orgasmo, donde las pulsaciones y la respiración llegan a la
máxima frecuencia e intensidad, se produce una gran tensión muscular y
contracciones en la zona ano-genital. Estas
contracciones son involuntarias y
en ambos sexos se tiene la misma capacidad física para sentir esta experiencia
subjetiva, en la cual se descarga la tensión sexual acumulada durante la
relación sexual. Es una fase liberadora tanto de la tensión como de la
vasocongestión. Pero si llegando a este punto, por alguna razón es interrumpido
bruscamente y la vaso congestión no es liberada y en los hombres puede
producirse un dolor en los testículos. En cuanto a la mujer, tanto como Kinsey
y Masters y Johnson demuestran que la mujer que no logra el orgasmo después de
la excitación, permanece en una prolongada congestión pélvica, que le produce
una sensación molesta y en ocasiones hasta dolorosa, aunada a una inquietud,
irritabilidad y malestar en general.
Después del
orgasmo, el organismo vuelve a su estado de reposo, la respiración, la
temperatura corporal, la tensión y el flujo de la sangre poco a poco van
regresando al estado inicial.
Pero todo
esto no tiene sentido sin lo más importante, el Deseo. Este es el mejor
afrodisiaco que pueda existir, es quien desencadena todo el placer sensual, el
ver a la persona que nos gusta y sentir esa ansiedad por estar junto a quien nos atrae y que somos correspondidos, y tanto hombres como mujeres
lo experimentamos.
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