jueves, 24 de marzo de 2016

EL ORGASMO FEMENINO ES PARA DIVERTIRSE. Dinitia Smith y muchas mujeres


 ¿Algunas mujeres me han preguntado porque los hombres se duermen después del coito?
La mujer después de alcanzar un orgasmo, si es estimulada puede volver a obtener otros, el hombre después de alcanzarlo entra en un periodo de receso que se conoce como Periodo Refractario, es una fase de no respuesta, de recuperación del esfuerzo realizado y que puede durar desde minutos hasta varias horas o días, sin importar lo variado o intenso que pudo haber sido el juego erótico, pues tras la eyaculación actúan varías hormonas, entre ellas la prostaglandina, que impide al varón responder a un nuevo estímulo erótico. En cambio, para la mujer este periodo es tan breve que en segundos puede estar lista para un nuevo encuentro sexual. El hombre puede tener al menos un orgasmo al día y hasta pudiera ser  todos los días, en cambio la mujer por su capacidad  multiorgasmica puede quedar satisfecha por varios días.
En La década de 1960, Masters y Johnson investigaron el orgasmo humano  y crearon el término del ciclo de la respuesta sexual humana. Lo que encontraron es que la respuesta sexual comienza con la excitación donde se produce una vasocongestión del  área pélvica. En los hombres se registra como erección del pene y en las mujeres como lubricación vaginal, hay cambios en los labios mayores y menores, el clítoris muestra un aumento de tamaño. Tanto en varones como en mujeres se presenta una erección en las tetillas, pero algunos hombres sienten pena o suponen que “no es de hombres” el sentir placer cuando su compañera sexual les acaricia sus pechos y juega con sus pezones, sin embargo,  al igual que los senos de la mujer, que fueron moldeados para ser acariciados, los de ellos son también fuente inagotable de placer porque están llenos de vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas que los hacen muy sensibles al tacto. Esto es lo que nos sucede cuando estamos en lo que conocemos como “faje”. En este momento si somos interrumpidos, no pasa nada y  todo puede llegar fácilmente al estado inicial.
Si la estimulación continua, se pasa al siguiente periodo llamado Meseta, este periodo puede ser tan duradero según lo desee la pareja, pueden extenderse en el juego erótico y disfrutarlo. Va subiendo la temperatura corporal, la respiración se hace más rápida, la acumulación de la tensión va subiendo y el flujo de la sangre aumenta en los genitales hasta un máximo. Durante estas fases la pareja puede jugar, puede pasar de los besos y abrazos, podemos extendernos o acortar tiempo antes de llegar al orgasmo. En este periodo si hay una interrupción,  todo puede volver a la fase de inicio.
Una vez pasado las fases de excitación y meseta, se llega el orgasmo, donde  las pulsaciones y la respiración llegan a la máxima frecuencia e intensidad, se produce una gran tensión muscular y contracciones en la zona ano-genital. Estas  contracciones son  involuntarias y en ambos sexos se tiene la misma capacidad física para sentir esta experiencia subjetiva, en la cual se descarga la tensión sexual acumulada durante la relación sexual. Es una fase liberadora tanto de la tensión como de la vasocongestión. Pero si llegando a este punto, por alguna razón es interrumpido bruscamente y la vaso congestión no es liberada y en los hombres puede producirse un dolor en los testículos. En cuanto a la mujer, tanto como Kinsey y Masters y Johnson demuestran que la mujer que no logra el orgasmo después de la excitación, permanece en una prolongada congestión pélvica, que le produce una sensación molesta y en ocasiones hasta dolorosa, aunada a una inquietud, irritabilidad y malestar en general.
Después del orgasmo, el organismo vuelve a su estado de reposo, la respiración, la temperatura corporal, la tensión y el flujo de la sangre poco a poco van regresando al estado inicial.      

Pero todo esto no tiene sentido sin lo más importante, el Deseo. Este es el mejor afrodisiaco que pueda existir, es quien desencadena todo el placer sensual, el ver a la persona que nos gusta y sentir  esa ansiedad por estar junto a quien  nos atrae  y que somos  correspondidos, y tanto hombres como mujeres lo experimentamos. 

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